Fieles musulmanes partieron el domingo hacia el valle de Mina en el oeste de Arabia Saudita en el primer día de la peregrinación anual a La Meca y otros lugares santos islámicos conocida como el “hach”. Además, este año podrán recurrir a un recurso moderno en su viaje.
En su peregrinación les ayudará el recién estrenado metro ligero que vincula a La Meca con Mina. Por el momento el convoy es capaz de trasladar sólo a 175.000 personas pero, desde el próximo año, cuando se termine la construcción, podrá transportar hasta medio millón cada seis horas.
Además del tren, el recorrido estará facilitado con nuevas carreteras, túneles y puentes construidos para los peregrinos. Las autoridades saudíes destinan mucho dinero cada año para reforzar la seguridad y evitar muertes habituales por la aglomeración de personas durante la peregrinación.
Se espera que este año alrededor de 3 millones de personas cumplan con el “hach”, uno de los cinco pilares del islam que debe realizar cada fiel musulmán por lo menos una vez en la vida.
Mina, situada a unos 10 kilómetros de La Meca es el lugar donde, según el islam, el profeta Abraham acudió para cumplir la orden de Dios de sacrificar a su hijo Ismael antes de que Dios le enviara un carnero.
Los fieles, vestidos de tela blanca, se quedarán en meditación y oraciones en Mina hasta la próxima madrugada, de donde empezarán a subir al Monte Arafat, momento considerado el ritual más importante del "hach".
Tras el ascenso al Arafat, los peregrinos visitarán a la localidad vecina de Muzdalifa, donde recogerán piedras para lapidar tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo.
Posteriormente, los creyentes regresarán a La Meca, donde darán siete vueltas alrededor de la “Kaaba” conocido por los musulmanes como el centro del mundo. La peregrinación culminará el próximo martes con sacrificios de corderos, vacas, carneros e incluso camellos.