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Mandarinas, 'el oro de Abjasia'

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Cada invierno casi todos los ciudadanos de Abjasia salen a las plantaciones para recoger mandarinas, uno de los tesoros principales y el orgullo nacional de este país caucásico. Para los habitantes de Abjasia, el oro es de color naranja.

Cada invierno casi todos los ciudadanos de Abjasia salen a las plantaciones para recoger mandarinas, uno de los tesoros principales y el orgullo nacional de este país caucásico. Para los habitantes de Abjasia, el oro es de color naranja.

El país donde crecen las mandarinas que condecoran las mesas festivas es Abjasia, ex república caucásica de la antigua Unión Soviética hasta 1991, y parte de Georgia hasta la guerra en Osetia del Sur en 2008 y el reconocimiento de la independencia de estas dos repúblicas caucásicas.

Durante los 90 cuando Abjasia sufrió el bloqueo económico internacional esta industria se vio seriamente afectada. Después de que Rusia reconoció su independencia en agosto de 2008 el dulce oro abjasio volvió a fluir libremente hacia las mesas de los consumidores.

Tras la caída de la URSS en los años 90, la producción de mandarinas en Abjasia recupera sus niveles habituales. La mayor parte de estas frutas están destinadas a la exportación, lo que favorece el desarrollo de la economía nacional.

Los frutos de alegre color naranja, considerados en Abjasia como los tesoros principales del país, adornan casi cada pendiente. Según los locales, las mandarinas son un reflejo del radiante sol abjasio en la tierra. Las mandarinas que son el objeto de su orgullo nacional son denominadas allí 'el oro de Abjasia'.

"Es lo más precioso que tenemos en nuestro país. Recientemente las condiciones meteorológicas nos ayudaban, como si el Señor estuviera vigilándonos desde el cielo", explicó el habitante de Abjasia Sarkis Tomasián.

La calidad de los frutos en la república es una cuestión de honor. Dicen que se recogen a mano y que no usan sustancias químicas durante la producción.

Sin embargo, las mandarinas no son solamente un símbolo atractivo sino también la principal fuente de ingresos del país. Anualmente, en Abjasia se cosechan más de 30.000 toneladas de estos cítricos, la mayor parte de las cuales son destinadas a la exportación, sobre todo a Rusia donde son parte obligatoria del menú de las fiestas de fin de año. Las mandarinas, el champán y la ensalada rusa llamada Olivié en este país. De hecho, los rusos hablan de 'un olor especial' en estas fiestas tan especiales: el olor de las mandarinas.

Ahora los abjasios preparan un regalo singular para Rusia. Los seleccionadores locales han elaborado una nueva especie denominada Olímpica en honor de los Juegos que la ciudad rusa de Sochi acogerá en el invierno de 2014.

Lésik Ayba, director del Instituto Científico de Agricultura de Abjasia, dice que se han marcado una meta: alcanzar para el momento de los Juegos Olímpicos suficientes reservas de productos subtropicales "para que los deportistas puedan consumirlos frescos".

Y cuentan con buenas posibilidades para cumplir con su objetivo. Se espera que la nueva especie dé una plena cosecha ya dentro de dos años permitiendo a todos los que lo deseen poner en su mesa un trozo del caliente sol veraniego.

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