En España exigen justicia para los '300.000 niños robados'

Hace poco ha salido a luz una historia que por lo visto tiene largos años de vida. Narra que un gran número de niños españoles fueron, presuntamente, separados a la fuerza de sus padres para ser vendidos por redes que empezaron a funcionar durante la época del franquismo, práctica que no acabó ni siquiera en las décadas posteriores. Actualmente más de 260 supuestas víctimas del tráfico de menores demandan que se abra una investigación judicial.

Según Anadir (Asociación Nacional de Afectados por Adopciones), creada por Antonio Barroso -que se considera una de las tantas víctimas de esta práctica horrorizante- fueron robados aproximadamente 300.000 menores. Y si al principio, la mayoría de ellos eran hijos de simpatizantes de la izquierda republicana que perdió la Guerra Civil española en 1939, el tráfico de menores continuó hasta después del comienzo de los procesos democráticos en el país. 

“Al Estado fascista no le importaba nada y hacía la vista gorda. Yo digo que el origen del mal fue la represalia política. Pero después robaban niños a familias republicanas, de derechas, apolíticas, ateas... Robaban niños fascistas, religiosos, ateos, comunistas...”, comenta Enrique Vila, abogado del grupo de víctimas que ha solicitado a la Fiscalía General que investigue lo ocurrido.

Entre las pruebas que tiene en su poder Anadir figuran partidas de nacimiento falsificadas, exámenes de ADN, testimonios de enfermeras o enterradores y confesiones de padres que compraron a sus hijos.

El objetivo principal de dicha práctica, por lo visto, consistía en vender a los menores a familias que estaban dispuestas a pagar cualquier cantidad de dinero tan sólo por tener hijos. Así el padre de Antonio Barroso le confesó que lo había comprado por ‘mas dinero de lo que cuesta un apartamento’ que fue una revelación de que no tenían ninguna relación biológica, confirmada posteriormente por las pruebas de ADN. Fue entonces cuando él decidió fundar la asociación luchando por los derechos de miles de personas, según él, que se encuentran en la misma o parecida situación que él.

"Hay casos de madres que abrieron las tumbas de sus bebés después de 30 años llevándoles flores y las encontraron vacías, las madres fueron engañadas deliberadamente. Luego hay otros casos como el mío, donde las actas de nacimiento fueron falsificadas", comentó Barroso.

"Tenemos derecho a conocer a nuestra familia biológica”, así es el emblema principal de Anadir cuyos numerosos miembros se reunieron ante la sede de la Fiscalía General del Estado en Madrid pidiendo que ‘el fiscal general abra una investigación nacional’.