Según informaron las autoridades, se abrió una investigación por la masacre inhumana de unos 100 perros de atelaje en el oeste de Canadá, presuntamente realizada por una empresa de ocio turístico cuya demanda de contrataciones había disminuído.
Los perros husky habían sido utilizados en viajes de diversión en la provincia de Columbia Británica durante los juegos olímpicos invernales en Vancouver en 2010, pero fueron muertos en abril pasado, cuando el flujo de clientes había caído.
El incidente se dio a conocer debido a que un integrante del personal de la empresa Outdoor Adventures en la ciudad de Whistler interpuso una demanda por el estrés que había sufrido al cumplir la instrucción de matar a parte de la jauría, por motivos económicos.
Según el empleado, los perros, que estaban en buen estado de salud, fueron asesinados con un fusil y un cuchillo, y enterrados en una fosa común. Algunos de ellos lograron escapar.
En esta provincia canadiense se permite la matanza de perros, pero sólo de manera humana. Sin embargo, este caso “de ningún modo parece corresponder a lo considerado humano”, dijo Lorie Chortyk, desde la organización regional para la protección de animales.
Outdoor Adventures rechazó la responsabilidad, diciendo que, aunque conocía sobre la matanza, no supo los detalles antes de que apareciera la información el domingo.