Las guerras le roban la educación a 28 millones de niños
Entre los años 1999 y 2008, los conflictos armados afectaron a 35 países del mundo, según calcula la UNESCO. En la mayoría de estas naciones, más del 60% de la población actual son jóvenes de menos de 25 años de edad, pero no tienen las habilidades profesionales necesarias para salir de la pobreza, el desempleo y la desesperación económica.
El informe anual de la UNESCO, presentado este 1 de marzo, acentúa que la situación actual sigue amenazando el futuro de las próximas generaciones también. Las guerras dejan a 28 millones de niños sin educación: en los países pobres afectados por conflictos armados reside un 42% -esos 28 millones- del número total de menores en edad de ir a la escuela primaria que no van a clase.
De los que sí empiezan su educación, muchos dejan de estudiar antes de completar su primer ciclo: solo en el África subsahariana cada año 10 millones de niños abandonan la escuela. La razón principal es que las escuelas y sus alumnos se ven como 'blancos legítimos' durante los conflictos. El número de ataques crece cada año: si en 2008 en Afganistán se registraron 347 asaltos armados contra colegios, en 2009 el número se ha multiplicado casi por dos y llegó a 613 casos. En Yemen del Norte 220 escuelas resultaron destruidas, saqueadas o damnificadas entre los años 2009 y 2010 en los enfrentamientos entre las guerrillas y las fuerzas de seguridad gubernamentales.
Las más afectadas desde este punto de vista son las niñas. El temor frente a las tácticas de guerra habituales en muchos países -violaciones y otro tipo de abusos sexuales- las mantienen fuera de las escuelas. De los casos de violencia registrados en la República Democrática del Congo, un tercio involucra a los niños y un 13% de ellos son menores de 10 años. La UNESCO advierte que el número de casos no registrados puede ser entre 10 y 20 veces más alto.
Otro aspecto del problema es que los conflictos armados conllevan que desvíen fondos públicos de la educación hacia los gastos militares. 21 países pobres invierten mucho más en su armamento que en la educación básica: si hubieran cortado su presupuesto militar en tan solo un 10%, habrían enviado a 9,5 millones de niños más a los colegios.
En cuanto a los estados ricos donantes, el coste de tan solo seis días de sus gastos militares habituales habría bastado para satisfacer el déficit de 16.000 millones de dólares estadounidenses que sufre el programa Educación Para Todos, según calcula la Organización.
Hoy en día un 17% de los mayores de edad de todo el mundo, es decir 796 millones de personas, son iletrados, y de ellos dos tercios son mujeres. Para responder a las necesidades educativas que la ONU quiere conseguir para 2015, el mundo necesitará 1,9 millones de profesores más, más de la mitad de ellos para el África subsahariana.