La estratificación de la sociedad en EE. UU. es cada día más marcada: mientras los ricos aumentan sus fortunas y pueden permitirse varios lujos, los desfavorecidos recogen deshechos de los cubos de basura. ¿Cuáles son las razones de esta enorme brecha económica?
Un solo país, dos realidades completamente opuestas: en EE. UU., uno de los estados más ricos del planeta, viven cerca de 400 multimillonarios, y sin embargo a pesar de tanta riqueza concentrada el Censo Nacional también indica que en el mismo territorio más de 40 millones de personas viven en la pobreza absoluta.
Un informe de la Coalición por los Indigentes de la ciudad de Nueva York, expresa que el número de personas en condición de desamparados de la ciudad alcanzó una cifra récord en 2010: 113.553 individuos durmieron en los albergues municipales; más de 42.888 en este grupo son menores de edad.
El Citi Private Bank en su Informe Mundial de la Riqueza 2011, anunció que los ricos del planeta tienen en sus manos más de 40 billones de dólares. "Entendemos que la inequidad social y el desempleo pueden destruir los logros de los mercados y las economías. Los documentos sobre repartición desbalanceada de la riqueza reflejan los elementos necesarios para la inestabilidad y la crisis. Se trata de una combinación peligrosa que puede ser la semilla para desestabilizar sistemas políticos", destaca Dominique Strauss-Khan, director del Fondo Monetario Internacional.
Y al sur de EE. UU., en Latinoamérica la meta de reducir la carencia de los habitantes cuyos ingresos son menores de un dólar por día no se ha podido llegar a cumplir.
El Servicio de Educación contra la Pobreza estima que hacia finales de 2010 más de 925 millones de personas padecían hambre. Son las dos caras de la moneda: desigualdades que en vez de acercarse incrementan su diferencia abismal.