Comenzó el traslado desde las Grutas Vaticanas de los restos del papa Juan Pablo II hacia la basílica de San Pedro, donde Karol Wojtyla será beatificado el domingo por el papa Benedicto XVI y después podrá ser venerado por los fieles.
Las Grutas Vaticanas permanecerán cerradas al público desde hoy hasta primeras horas de la tarde del 1 de mayo, cuando el ataúd será trasladado hacia el Altar de la Confesión de la basílica de San Pedro.
“La gran lápida funeraria que fue retirada y puesta en otra parte de las Grutas, fue conservada intacta y será transportada a Cracovia para ser colocada en una nueva iglesia que se dedicará al beato”, declaró el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi.
Debido al corto espacio de tiempo transcurrido desde el fallecimiento de Juan Pablo II —el 2 de abril de 2005—, el féretro con sus restos no será abierto, ni el cadáver exhumado.
Lombardi explicó que el carro con el ataúd del Papa simplemente se trasladó unos metros y fue colocado frente a la tumba de San Pedro cubierto con una tela blanca, bordada en oro, mientras los presentes cantaban letanías.
Según la tradición vaticana, Juan Pablo II fue enterrado en tres cajas. La primera, de madera, ya se vio durante el funeral del papa el 8 de abril de 2005. Tras la ceremonia la caja fue colocada dentro de otra de plomo, que, a su vez, introdujeron en una tercera de madera.
La ceremonia de hoy fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica de San Pedro. En la ceremonia del traslado participaron, entre otros, algunos de los más cercanos colaboradores de Karol Wojtyla durante su pontificado. Entre ellos se puede destacar al cardenal de la ciudad polaca de Cracovia, Stanislao Dziwisz, que fue secretario personal de Juan Pablo II durante cuarenta años. Junto a él, asistieron el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, que cerró la ceremonia; y el gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giovanni Lajolo.