Los pacientes de Europa que sufren enfermedades terminales y no desean seguir luchando por la vida podrán, como antes, acelerar el proceso de su muerte en Suiza. Este domingo la mayoría aplastante de los ciudadanos del cantón de Zúrich, la mayor ciudad de Suiza, en un referéndum rechazó iniciativas presentadas para prohibir la muerte asistida o para limitarla. En Suiza la eutanasia está permitida desde el año 1941.
Muchos enfermos terminales extranjeros, sobre todo ciudadanos de Alemania, Francia y el Reino Unido, llegan a Suiza para poner fin a su sufrimiento, aprovechando las leyes de este país. Anualmente unos 200 extranjeros, pacientes terminales, recurren a los servicios de los médicos suizos, que están autorizados a practicar la eutanasia.
Las dos iniciativas fueron lanzadas para que los habitantes del cantón de Zúrich puedieran eligir entre ellas. La primera, bajo el lema “No al turismo de la muerte en el cantón de Zúrich” pretendía restringir el derecho a la muerte asistida a los extranjeros que vienen a Suiza para recurrir a los servicios especiales para morir. Mientras que la segunda consistía en la prohibición total de la muerte asistida en todo el territorio del país. No obstante, resultó que ambas iniciativas fueron rechazadas por la mayoría de la población.
"El derecho de morir es un asunto privado de cada persona, que no incumbe al Estado ni mucho menos a la Iglesia”, dijo en un comunicado Bernhard Sutter, el vicepresidente de la asociación, que apoya a ´turistas suicidas´.
Un aumento significativo del número de extranjeros, que sufren enfermedades terminales y vienen a Suiza en búsqueda de una muerte asistida provoca últimamente muchos debates acolorados. Por lo tanto, el gobierno local subraya que está trabajando respecto a esa situación.
“La muerte por compasión” fue proclamada como un acto legal en Holanda, Bélgica, Luxemburgo y en el estado de Oregón (EE. UU.), donde está permitido inducir la muerte a un enfermo terminal.