Los niños, proveedores de subsistencia en el éxodo sirio en la frontera turca

Nadie sabe cuántos son exactamente. Centenas de sirios, atemorizados por la violencia en su país, se congregan diariamente en furgonetas, camionetas y tractores a lo largo de la frontera con Turquía. Los vehículos cargados con sirios de todas las edades van y vienen en esta zona sin parar. Entre

Nadie sabe cuántos son exactamente. Centenas de sirios, atemorizados por la violencia en su país, se congregan diariamente en furgonetas, camionetas y tractores a lo largo de la frontera con Turquía. Los vehículos cargados con sirios de todas las edades van y vienen en esta zona sin parar. Entre esta incertidumbre, desolación y caos son los menores los que se han integrado mejor, empezando por suministrar los productos necesarios a los refugiados y siguiendo por conseguir información de 'contrabando' sobre los acontecimientos actuales en Siria.

Pequeños emprendedores en medio del caos

Turquía ha establecido ya una red de campamentos de tiendas de campaña con capacidad para albergar hasta a 10.000 personas. Tres campamentos turcos en las ciudades de Yailadagi, Antakya y Altinözü ya albergan a más de 3.000 refugiados: les prestan ayuda humanitaria y trasladan a los heridos a hospitales. Erigen tiendas improvisadas a escasos metros de la carretera fronteriza.

Sin embargo, quedan muchos que dudan en pasar al otro lado, pese a que tres campamentos han sido instalados por la Media Luna turca.

Mientras centenas de los que han decidido entregarse a los soldados turcos esperan su turno para ser llevados al territorio del país y otras centenas dudan si hacerlo o no, los menores son los que les abastecen con todo lo necesario. Ya se han convertido en profesionales a la hora de penetrar en la ciudad fronteriza de Guvecci, tras elaborar sus rutas secretas. Corriendo el riesgo de ser detenidos por los guardias turcos, pasan de forma casi invisible a través de las alambradas y compran allí pan, pañales para niños, consiguen mantas y otros bienes de primera necesidad.

Niños 'contrabandistas' de la información

Los sirios reciben ayuda humanitaria, sin embargo no tienen derecho a abandonar sus albergues y hablar con la prensa debido a una estricta política de silencio que persigue Turquía. Pero algunos consiguen escapar de los controles y penetran en Guvecci, donde están acogidos por la población campesina que también habla árabe.

El pueblo fronterizo turco de Guvecci, donde se ha acumulado la prensa extranjera, se ha convertido en un hervidero de rumores en el país y los menores son los principales 'contrabandistas' de información. Los pequeños tienen un completo sistema elaborado para estar al corriente de los acontecimientos en Siria.

Los teléfonos móviles de los sirios callan. Los habitantes locales dicen que el régimen interrumpió todas las comunicaciones en la zona. Sin embargo, los menores usan los aparatos turcos para comunicarse con las familias que esperan al otro lado de la línea de demarcación. Además, al distribuirse a lo largo de la frontera los pequeños integrantes de esta 'red' se informan uno a otro sobre los movimientos de las patrullas, se intercambian noticias. De este modo siempre están al corriente de todos los enfrentamientos, tomas de edificios e invasiones de pueblos. Graban vídeos y sacan fotos.

Mientras sigue la incertidumbre en la frontera, el doctor Veysel Ayhan, un experto del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio, comentó a la agencia de noticias Anadolu que Turquía debe prepararse para la llegada masiva de refugiados, tanto en el caso de que el régimen de Bashar al-Assad se mantenga o de que sea derrocado.

Según el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, la última cifra oficial de refugiados es de 3.893 y "el 90% de ellos son niños, mujeres y ancianos". "Turquía acogió a un gran número de visitantes de mayor necesidad en el pasado. Podemos hacerlo de nuevo", dijo a su vez el subsecretario del viceministro de Relaciones Exteriores, Halit Cevik.