Anualmente el 12 de junio la sociedad celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Trabajo Infantil, un momento para reflexionar sobre cómo seguir luchando contra este azote que se extiende por todo el mundo con cifras alarmantes. Este año la atención se enfoca en el problema de las labores peligrosas que realizan los menores.
Según las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la actualidad en el mundo hay 215 millones de niños trabajadores y 115 millones de ellos realizan labores peligrosas.
Cada minuto muere un pequeño por realizar actividades peligrosas
Según el informe del organismo 'Niños en trabajos peligrosos: Lo que sabemos, lo que debemos hacer', cada minuto uno de los niños que trabaja sufre un accidente, enfermedad o trauma psicológico debido a labores de riesgo.
"Los niños tienen una piel fina que es más sensible a los toxinas. El cerebro de los niños absorbe el plomo y argento vivo. Los niños deben dedicarse a las actividades que estimulan su cerebro y refuerzan sus hábitos sociales, y si cumple un trabajo monótono, esto perjudica su desarrollo", comenta Konstans Tomas de la OIT.
Muchos de los pequeños operan con sustancias químicas peligrosas, pesticidas o corren riesgo de perjudicar su salud, manejando máquinas peligrosas. Con frecuencia a los niños les usan como servidumbre, les venden como esclavos o les obligan a dedicarse a la prostitución. Los niños trabajan en las plantas, granjas, minas, se involucran en la industria pesquera o simplemente se ganan la vida en las calles. Este problema no se limita solamente a los países en desarrollo, sino que también abunda en Europa y EE. UU.
Trabajo infantil en EE. UU.: Washington no practica lo que predica
EE. UU. es uno de los países que más contribuyen a la prevención del trabajo infantil, sin embargo un reciente informe de Human Rights Watch revela que Washington no practica lo que predica.
EE. UU. tiene un sistema de leyes estrictas que prohíbe dar empleo a menores de 14 años, y los menores de 16 solo pueden trabajar tres horas al día. Sin embargo, la ley no tiene vigencia en el sector agrícola, donde los niños mayores de 12 años pueden trabajar sin límites de horario.
Zama Coursen-Neff, la autora del estudio, denunció que en el país los niños son generalmente empleados en granjas, donde trabajan en condiciones inseguras hasta 10 horas al día.
"A causa del peligroso doble estándar de la ley federal estadounidense, algunos niños de muy poca edad trabajan en la agricultura muchas horas al día y en condiciones a menudo peligrosas. Los menores trabajan generalmente en cosechas manuales, recogen manzanas, tomates, cerezas, pepinos, tabaco, etc. El trabajo de estos niños permite a los estadounidenses disfrutar de frutas y verduras frescas", afirma Coursen-Neff.
Más de 9 millones de niños realizan actividades peligrosas en Latinoamérica
Según los datos de la OIT, más de 14 millones de niños trabajan en América Latina, 9 millones de ellos diariamente arriesgan su vida y su salud.
El trabajo infantil en Latinoamérica se registra con más frecuencia ante todo en el medio rural. Una de las modalidades habituales de inserción de los niños en las actividades laborales es el trabajo junto a los padres, sobre todo en aquellas familias en las que los adultos perciben un salario por un trabajo a destajo. Esta forma de trabajo con incorporación de niños es muy frecuente en varias actividades de la cosecha y en los primeros procesamientos de ciertos productos agrarios, en floricultores y horticultores.
México es el único país de América Latina que todavía no ha ratificado el Convenio 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo, expuesto a ratificación hace más de 10 años, en 2000. Tal vez a eso se deba que en el país están ocupados más del 10% de los menores de entre 5 y 17 años. De los 28.247.000 infantes en México trabajan alrededor de 3 millones y cerca de 600.000 de ellos realizan labores peligrosas, sin acceso a servicios de salud ni contratos dentro de la ley, en las esferas de la agricultura, construcción, minería, servicios, en trabajos nocturnos, ladrilleras, basureros o en la calle.
En Argentina, según revela la reciente Encuesta de la Deuda Social Argentina, en la zona urbana cerca del 17% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajan en condiciones "infrahumanas" para ayudar económicamente a su familia.
También en El Salvador un 51,3% de los 177.000 niños trabajadores se dedicó a labores agropecuarias en 2010, según un informe del Gobierno, que revela que un 60,9% trabaja sin remuneración en establecimientos familiares.
En Bolivia hay 850.000 niños trabajadores, según el Ministerio de Trabajo y Unicef. Las peores formas de trabajo infantil en Bolivia son el trabajo en la zafra, la pesca, la fabricación de ladrillos, los servicios domésticos y la minería.
En Brasil hay 1,2 millones de niños que actualmente son sometidos a trabajo infantil, según declaró hoy la secretaria nacional de Asistencia Social, Denise Colin. Pero la OIT calcula que cerca de 5 millones de menores todavía son obligados a trabajar en el país.
¿Cuál sería la solución?
Ante este panorama desconsolador surge la pregunta: ¿qué hacer? Muchos expertos afirman que con instituciones vaciadas de contenido y solo con discursos es imposible cambiar la grave situación. La OIT destaca que las raíces del trabajo infantil están en la pobreza. Los menores se incorporan a la realización de actividades a una temprana edad, primero para resolver cuestiones relacionadas con el mantenimiento del hogar, como el cuidado de los más pequeños del núcleo familiar.
Los expertos de la organización consideran que la protección de los niños se inicia con la disposición de los gobiernos a erradicar el problema, asegurando el cumplimiento del derecho internacional. Es indispensable la cooperación de los gobiernos, empresarios y empleados para resolver esta cuestión. "La persistencia del trabajo infantil es reveladora del modelo de crecimiento que tenemos en la actualidad. Ahora es urgente terminar con trabajos que afectan la seguridad, la salud y la moral de los niños", dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia.
Los expertos llaman a los países que todavía no han ratificado el Convenio 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil a hacerlo lo más pronto posible. Hasta el momento 173 de los 183 Estados miembros de la OIT se han comprometido a abordar la necesidad de erradicar el trabajo infantil peligroso mediante la ratificación del Convenio.
¿Cómo se puede erradicar el problema? ¿Es posible un mundo sin trabajo infantil? Si tiene algún comentario sobre esta cuestión, RT le ofrece su espacio para ello.