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Cambios económicos y legales crean grietas en viejo sistema de castas de la India

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Pasar de la extrema pobreza a ser increíblemente rico, es el principal argumento de la famosa película 'Quién quiere ser millonario', pero fuera del mundo del cine, en la vida real ese es un duro camino. La diferencia de clase social y la situación económica en la India no permitían hasta hace po
Cambios económicos y legales crean grietas en viejo sistema de castas de la India

Pasar de la extrema pobreza a ser increíblemente rico, es el principal argumento de la famosa película 'Quién quiere ser millonario', pero fuera del mundo del cine, en la vida real ese es un duro camino. La diferencia de clase social y la situación económica en la India no permitían hasta hace poco ni siquiera imaginarse cómo era posible ganar una fortuna, actualmente este 'sueño' es algo más accesible.

“Es el destino”, esta es la respuesta correcta a la pregunta que se plantea en la famosa película ‘Quién quiere ser millonario’, dirigida por Danny Boyle. En la sociedad tradicional india, la predestinación fue la única justificación para la humilde vida que tuvo que llevar un 'dalit', que en español significa 'oprimido'.

“Antes no estaba permitido que un dalit ingresara a una habitación donde estuviera un brahmán. Tenía que quedarse en la puerta. Y también estaba prohibido que le hiciera sombra a una persona de una casta superior, ya que su sombra era considerada como algo sucio”, comentó para RT Subhash Digambar Jagtap, líder de la comunidad de los dalits.

Sin embargo, desde el comienzo en 1991 de las reformas económicas y la liberalización de la economía india, muchos dalits obtuvieron la oportunidad de elegir otra opción y se convirtieron en propietarios de prósperos negocios. Uno de ellos es Avinash Jagtap, dueño de una productora de caños valorada en 8 millones de dólares.

“Cada dalit que está oprimido puede alcanzar todo lo que quiera, lo único que debe tener es voluntad”, indica Jagtap.

Sin embargo, además de voluntad, la educación es otro comodín indispensable para llegar al éxito. Los empresarios de la casta baja dicen que las autoridades les ayudaron mucho al otorgar cuotas en las escuelas para los niños dalits y admitirlos para desarrollar labores en el sector público. Al principio, Avinash tuvo que simultanear su negocio con los estudios y trabajó por la noche. Él afirma que fueron sus padres quienes le motivaron a cambiar su vida.

“Mi padre y mi madre han sufrido mucho en esta sociedad. Siempre me repetían que somos de la casta baja, me contaban como tuvimos que vivir y decían que no querían que yo sufriera”, reveló el ahora millonario Jagtap.

Después de que Avinash terminara los estudios, su negocio empezó a crecer. Ahora vende caños de irrigación en toda la India occidental. Sin embargo, pese a que ha conseguido grandes éxitos, aún le es difícil creerlo.

“No nos damos cuenta de que somos empresarios, todavía nos parece que trabajamos en esta fábrica. Es nuestra y tenemos que estar aquí desde la mañana hasta la noche”, reveló.

Aunque muchos dalits lograron escaparse de los marcos que les impuso su procedencia, la mayoría de ellos aún vive en tugurios.

“A todos les da igual, nadie se preocupa de cómo vivimos”, lamenta por su parte Jayshree Malya, una mujer dalit.

Pero el ejemplo de los que se atrevieron a desafiar el destino les da la esperanza de que algún día su vida cambie en un maravilloso instante, como la de ese niño de la calle en la película de Bollywood.

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