Rusia, ante el reto de 'crear escuela' para los niños minusválidos

“Muy a menudo los niños con discapacidades y sus familias afrontan dificultades para integrarse en la vida social. Estas dificultades las genera en muchos casos el ambiente en el que viven y no su discapacidad”, comentó el jefe adjunto de la representación de la Unión Europea en Rusia, Michael Webb.

Según precisó Webb en una mesa redonda dedicada a los problemas de la educación inclusiva, poco a poco, la situación está cambiando en todo mundo, Rusia incluida, pero en la práctica todavía hay muchos problemas.

La mesa redonda cerró la conferencia científica que entre el 20 y el 22 de junio abordó las metodologías y técnicas de la educación inclusiva. Pero a diferencia de las discusiones teóricas de los tres días precedentes, la mesa redonda se centró más en los aspectos prácticos del problema.

“La educación inclusiva en Rusia avanza muy lentamente, y ello se explica por diferentes razones. Las brechas existentes en la legislación nacional son sólo uno de los aspectos, pero el mayor obstáculo son las discrepancias dentro de la propia comunidad científica”, comentó Svetlana Aliójina, directora del Instituto de Educación Inclusiva de Moscú.

Muchos expertos rusos todavía no aceptan la idea de la educación inclusiva

Aliójina recalcó que muchos expertos rusos dudan aún si aplicar o no las prácticas inclusivas: “Ocurre que desde la época de la URSS se conserva la tradición de las así llamadas ´escuelas de corrección´, cuando los niños con discapacidades estudiaban en colegios especializados, donde eran atendidos por maestros preparados precisamente para dar clases a alumnos con un cierto tipo de trastorno. Hoy en día muchos científicos siguen pensando que la pedagogía ‘correctiva’ ayuda mejor a los menores a adaptarse a la vida social, especialmente, cuando se trata de discapacidades graves”.

Otra de las causas importantes contempladas por la experta atañe a la escasez de escuelas rusas acondicionadas para la educación inclusiva. “Hay un programa federal que prevé que para el año 2015 el 20% de los colegios estarán equipados para alojar a alumnos con discapacidades. Pero hoy en día la situación sigue siendo bastante complicada. Si en Moscú y en San Petersburgo se ha avanzado mucho al respecto, en las regiones alejadas del centro esto no es así”, detalló la científica.

“Si tomamos la cifra promedio de todo el país, sólo el 2,5% las escuelas comunes son accesibles para los niños minusválidos. Las autoridades locales no pueden encontrar dinero ni siquiera para realizar obras tan básicas como arreglar las goteras de los techos, así que de instalar rampas para las sillas de ruedas ni se habla”.

Nuevas tecnologías para que los discapacitados estudien en escuelas comunes

“Lo que ahora hace falta en las escuelas comunes no son necesariamente ascensores y rampas. Lo que necesitan ante todo es un ambiente”, se desmarcó por su parte el comisionado para los derechos de niños en Moscú, Evgueni Bunimóvich. Según explicó, este ambiente integrador debe apoyarse en nuevas tecnologías que contribuyan a crear una situación de igualdad de oportunidades para todos los niños.

Los mismos ordenadores que hoy en día suelen ser objeto de crítica por ‘absorber’ a los menores y sacarles del mundo real, en este caso acarrea una ventaja crucial: permiten al alumno no tener que depender de sus manos y de sus capacidades auditivas y expresivas.

“De los niños moscovitas con discapacidades que antes se veían obligados a estudiar a distancia desde sus casas, ahora más de 1000 atienden las clases en escuelas comunes”, comentó el comisionado. “Los ordenadores les facilitan las tareas y la comunicación con sus compañeros y con los maestros”, apostilló.

Por otro lado, Bunimóvich coincidió con Aliójina en reconocer que el abismo existente entre el estado actual de la educación inclusiva en Moscú y San Petersburgo y en las regiones más alejadas supone un gran problema.

“Esta disparidad es realmente un problema muy importante: todos los niños del país no pueden venir a Moscú para llevar una vida digna. Hace falta crear una situación en la que puedan recibir todo que necesitan —sea asistencia médica o educación adecuada— a escala local”.

La educación inclusiva debe empezar a una edad muy temprana

La decana de la facultad de psicología de la Universidad Estatal de Pedagógica de Moscú, Oxana Prijodko, comentó que la educación inclusiva debe empezar mucho antes de que los discapacitados se matriculen en la escuela: “Para los niños, tanto para los que tienen discapacidades como para los que no, es muy importante empezar a comunicarse entre sí a una edad muy temprana. Psicologicamente, eso les ayuda mucho a integrarse luego en la vida social”.

Por otro lado, Prijodko insistió en que la gravedad de un trastorno físico o mental no es un factor tan importante para la educación inclusiva: “Lo que se necesita son programas individuales de educación dentro de una escuela común”.

La educación inclusiva no es una solución universal

La mesa redonda en Moscú vino a demostrar que las familias de los niños con discapacidades no siempre apoyan la idea de que sus hijos estudien con alumnos sin trastornos.

María Dolgunova, una de las madres que estuvo presente la reunión, comentó que "la educación inclusiva no es una solución universal", ya que -según su opinión- "cada niño tiene que tener su variante". Asimismo, llamó la atención sobre otro aspecto del problema, y opinó que la educación inclusiva no debe quedar restringida al entorno de la escuela.  ”Los profesionales deben dedicarse también a prestar ayuda a quienes están alrededor de los niños con discapacidades, a sus familiares, y ayudarles a crear un ambiente que un pequeñín así necesita también en su casa”, dijo.

Marina Mash, RT