La joven rusa intoxicada en Turquía no donará su cara
El destino de la joven rusa prácticamente fallecida por ingerir el alcohol adulterado en Turquía sigue siendo una incógnita. Los médicos rusos consideran que por el momento no es posible transportarla a casa. Su existencia se soporta artificialmente en el hospital de la ciudad de Akdeniz, Turquía, pero, a pesar de los prognósticos pesimistas, los expertos decidieron esperar y no desconectarla de los aparatos que la mantienen viva.
La estudiante originaria de la ciudad de Yaroslavl, Viktoria Nikoláyeva, de 23 años, llegó al país mediterraneo a finales de mayo y fue una de las personas que participaron en aquel desafortunado paseo en yate, en el que 18 pasajeros resultaron gravemente intoxicados por el alcohol adulterado.
En los días posteriores los participantes del crucero se quejaban de que se sentían muy mal. A pesar de la ayuda de los médicos, el estado de salud de varias personas empeoró bruscamente. En total, la intoxicación provocó cuatro muertes.
La muerte cerebral
Viktoria Nikoláyeva fue la quinta paciente con los mismos síntomas. La joven fue ingresada en uno de los mejores hospitales turcos, situado en la ciudad de Akdeniz, pero su organismo estaba tan dañado que pronto entró en coma. El 20 de junio los especialistas del hospital turco en el que fue ingresada la paciente, le diagnosticaron muerte cerebral. Sin embargo, la paciente siguió teniendo actividad cardiaca y respiratoria gracias al soporte artificial. Las leyes turcas prohíben la eutanasia.
La madre y los familiares de Viktoria todavía no pudieron abandonar la esperanza. Asimismo algunos expertos rusos indicaron que en la historia de la medicina se conocen algunos casos en los que pacientes diagnosticados con encefalograma plano recuperaban el funcionamiento de la corteza cerebral. Pero tales milagros son muy infrecuentes.
Donar la cara de una paciente viva
Mientras los familiares siguen esperando que el estado de Viktoria mejore, apareció la noticia de que en el hospital una paciente turca le preguntó a la madre de la joven si podría venderle la cara de su hija.
Sezgin Ergen, de 49 años, madre de tres hijos, contó su terrible historia. En 1993 la mujer, infeliz en su matrimonio, decidió suicidarse y se disparó en la barbilla con una escopeta. Sezgin sobrevivió, pero su rostro sufrió graves deformaciones. Desde entonces la mujer se ha sometido a 56 operaciones, pero todavía lleva una máscara y no se atreve a mostrar su cara ni a sus parientes.
En la prensa rusa apareció que la enferma afirmaba que estaba dispuesta a todo para convencer a la madre de la joven rusa para ayudarle. Los parientes de Viktoria, indignados, contestaron que no era posible. “Nuestra chica está viva, reacciona al cosquilleo, mueve los dedos, dobla las piernas. ¡Nuestra Vika seguramnete se recuperará!” afirmó una de las parientes de la joven citada por el periódico ruso Komsomólskaya Pravda.
La prensa local cuenta otra historia muy distinta. Afirma que Sezgin Ergen, al saber sobre el tremendo caso de la intoxicación de la chica rusa, rezó por su recuperación, y cuando supo el fatal diagnóstico de Viktoria, consultó con los médicos y decidió solicitar a sus padres el permiso para la donación. Pero, por lo visto, nunca se atrevió a hacerlo, informa Rossíyskaya Gazeta.
La esperanza es casi nula
A pesar del escándalo suscitado por la prensa al respecto de las intoxicaciones, los especialistas rusos oficialmente reconocieron que los médicos turcos habían hecho todo lo posible para salvar a la joven. Para evaluar si la paciente podía ser repatriada, el jueves, por encargo de la ministra de la Salud de Rusia, Tatiana Gólikova, una delegación de médicos rusos llegó a Turquía.
Según informa el servicio de prensa de la Agencia Federal Médico-Biológica de Rusia, los expertos todavía no pudieron dar una previsión positiva sobre el estado de salud de Viktoria Nikoláeva. Sin embargo, se tomó la decisión de dejar en el hospital turco a dos médicos rusos, para la observación del estado de la paciente.
No se informa cuánto tiempo durará el periodo de observación. Pero Viktoria Nikoláeva todavía no será desconectada del aparato de soporte vital.