El matrimonio formado por Edelwina y Steven Leschinsky, del Estado americano de Colorado, acusados de maltratar a sus tres hijas adoptivas rusas, recibió una condena leve. Cada uno de ellos fue condenado a un plazo de prueba bajo libertad vigilada de cuatro años y a 400 horas de trabajos para la comunidad.
Durante el plazo de prueba el matrimonio se encontrará bajo vigilancia de los órganos de seguridad. La condena para la pareja se redujo después de que en mayo los esposos se declararan culpables y colaboraran en la instrucción del caso. También prometieron no mantener ningún contacto con sus hijas adoptivas.
La cancillería rusa había expresado su preocupación por la investigación del caso cuando se conoció que la pareja podría colaborar en la instrucción para reducir su condena. El defensor de los derechos del niño, Pável Astájov, señaló que la sentencia al matrimonio Leschinsky es demasiado suave. “Hay que respetar la decisión de los tribunales, pero este no es un castigo suficiente por lo que han hecho”, señaló. No obstante, el jurista subrayó que considera positivo el hecho de que hayan procesado a las personas que maltrataban a niños adoptados rusos.
La escandalosa historia impactó al mundo en 2010, cuando se reveló que el matrimonio agotaba a sus hijas adoptivas, de 12, 13 y 14 años, con ejercicios físicos extremos. Según los jueces de instrucción, la vida de las chicas parecía un servicio militar.
Forzaban a las niñas a hacer flexiones de codos en el suelo sobre placas cubiertas de clavos y agujas, y les hacían correr varios kilómetros, casi hasta desfallecer. De acuerdo con las confesiones de las menores, una de las chicas se vio obligada a mantenerse 40 minutos contra el suelo apoyándose únicamente con la punta de los pies y los puños y otra a correr 70 kilómetros por haber comido lentamente. Algunos datos apuntan a que los padres supuestamente hicieron que las menores se golpearan mutuamente en la cabeza.