La tumba de Rudolf Hess, el lugarteniente de Adolfo Hitler, ha sido desmantelada por las autoridades de Baviera, estado en el sureste de Alemania. Los restos mortales del nazi número tres han sido retirados de su tumba en conformidad con su familia, después incinerados y dispersados en un lago cuyo nombre se ha mantenido en secreto.
La acción se llevó a cabo, coincidiendo con el 67 aniversario del fallido atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944, cuando un grupo de oficiales encabezados por el coronel de origen noble Claus von Stauffenberg intentaron matar al dictador. La fecha se conmemora en Alemania como el símbolo de la resistencia contra el líder nazi.
La tumba fue destruida con el objetivo de acabar con este lugar de peregrinación para los neonazis, que acudían a la tumba cada año para conmemorar el aniversario de la muerte de Hess. Previamente, en 2005, el Parlamento federal prohibió cualquier tipo de concentración en el cementerio, pero ni así se evitaron actos provocadores de la ultraderecha.
Rudolf Hess se suicidó a la edad de 93 años el 17 de agosto de 1987 en una cárcel de Berlín, donde cumplía cadena perpetua dictada durante los Procesos de Nuremberg por sus numerosos delitos. Allí Hess pasó 46 años.