En Reino Unido arrecia el escándalo de las escuchas ilegales. Ahora acusan al hijo de Rupert Murdoch de mentir a los diputados durante su comparecencia en el Parlamento. El último director del periódico News of the World que cerró por el escándalo y el asesor legal del grupo afirmaron que informaron a James Murdoch sobre varios casos de prácticas corruptas. Sin embargo, durante su interpelación en el Parlamento británico el hijo del magnate dijo que conocía solo un caso de un periodista deshonesto.
Mientras tanto, toda esta historia generó la desconfianza creciente no solo hacia las grandes corporaciones, sino también hacia el Estado por una posible intervención en la privacidad. El escándalo de las escuchas ilegales del tabloide británico eleva la preocupación por la defensa de la vida privada de los ciudadanos ante los medios de comunicación. Sin embargo, algunos insisten en que el mismo concepto de 'privacidad' necesita ser predefinido.
Así, para Hasan Elahi, profesor adjunto de la Universidad de Maryland, la mejor manera de proteger la intimidad es renunciar a ella. El estadounidense nacido en Bangladesh descubrió que estaba incluido en una lista de vigilancia antiterrorista. Para convencer a la policía federal de su inocencia, Elahi hizo de su vida un libro abierto.
Durante los últimos nueve años Hasan ha documentado casi cada hora de su vida. Publica en su página web las copias de cada transacción de su tarjeta bancaria, para que se pueda ver lo que compra, dónde y cuándo. Un dispositivo de GPS muestra en tiempo real su ubicación física. Es un insólito proyecto artístico, pero también una coartada perfecta.
"Ellos creen que si uno parece árabe, es un árabe. Y si es un árabe debe de tener explosivos. Es evidente lo ridículo de esta lógica. Sin embargo, si su país opta por la ignorancia como base de la política nacional, es una situación que asusta. Así fue como me vi envuelto en todo eso", dice Hasan Elahi.
Esta política estadounidense tiene sus raíces en la Ley Patriótica, promulgada tras los atentados del 11 de septiembre como una estrategia contra el terror.
"Vemos violaciones a la privacidad perpetradas por las corporaciones en Estados Unidos y en todo el mundo, en realidad en cualquier sector hay casos de espionaje. Pero el principal espía es el Estado", opina Abby Martin, periodista y fundadora de Media Roots.
Cada llamada, cada clic en Google, cada mensaje electrónico puede ser monitoreado. La situación es tan generalizada en Estados Unidos, que la gente casi se ha acostumbrado a ella. "Estamos acostumbrados a hacer automáticamente un clic en 'términos y condiciones'. Pero son estos términos y condiciones los que más atentan contra nosotros y nuestra privacidad", dice Dave Saldana, director de comunicaciones de Free Press.
Si el propio Gobierno de EE. UU. adopta la política de vigilar a todos y cada uno, el caso del supuesto espionaje telefónico ilegal del periódico de Rupert Murdoch parece no ser algo único y excepcional.