Mientras EE. UU. continúa a la espera de la toma de una decisión acerca del aumento del tope de su deuda, la crisis económica afecta indirectamente a otras esferas de vida de la sociedad: el número de divorcios ha crecido.
Miguel se ha divorciado recientemente. Uno de los problemas que le llevaron a tomar esta decisión fue el factor económico. Según este residente de Miami, llego un punto en el que en su relación pesaban más los problemas y discusiones por las finanzas domésticas que la relación sentimental con su pareja.
“Pienso que hay exceso de trabajo, exceso de mucho tiempo perdido y a raíz de todo eso empiezan muchos problemas”, afirma Miguel Flores, divorciado de Miami.
El de Miguel no es un caso aislado. Un reciente estudio de la Universidad de Virginia, revela que un 29% de la totalidad de las parejas estadounidenses sufre algún tipo de estrés en sus relaciones debido a las dificultades económicas.
Pagar cuentas, mantener un puesto de trabajo, el despido de uno de los conyugues o las diferencias sustanciales entre gastos y ahorro componen las características de la típica radiografía de un divorcio basado en razones económicas.
Tan grave es la situación en algunos casos que muchos se ven obligados a someterse a terapia. Stella Verna, especialista en casos familiares, afirma que una buena parte de los pacientes de su consulta revela situaciones similares, y que casi todos los que acuden a ella para solucionar sus problemas sentimentales tienen de trasfondo un complicado panorama financiero personal.
“La economía estaba realmente a un nivel más alto alrededor de los años 2005, 2006 y 2007. La mayoría de los matrimonios y parejas que venían tenían un problema de infidelidad ”, señala Stella Verna, psicóloga familiar de Miami.
Además, los expertos afirman que las preocupaciones económicas incrementan el mal ambiente dentro del núcleo familiar. De tal manera que si en una pareja existe por ejemplo un historial de violencia doméstica, problemas basados en alcoholismo, o en situaciones igual de complicadas, la falta de dinero, las dificultades de pagos en la hipoteca o el no llegar a fin de mes no hacen sino agravar una situación ya de por sí complicada.
Pero las dificultades no se quedan ahí. En caso de optar por la vía del divorcio, el dinero también resulta ser un factor determinante. Hay quienes incluso optan por realizar el proceso legal por cuenta propia, ya que los elevados precios de los abogados no son permisibles.
Pero pese a este negro panorama hay algunas vías de escape. Algunas parejas sólo consensúan llegar a separarse temporalmente en vista de que la formalización de las actas de divorcio, el papeleo, las disputas por las custodias infantiles y la división de bienes son asuntos demasiado complicados y resultan demasiado lentos.
De acuerdo con diferentes informes, al margen del segmento de parejas divorciadas, otro tercio de matrimonios estadounidenses afirman que buscan estrechar sus lazos familiares con mayor ahínco en vista de los problemas económicos. Esta estabilidad y unión podría significar una doble victoria: una frente a las dificultades sentimentales y otra sobre una crisis que parece querer incluso destruir lo más profundo: el amor por un ser querido.