El sueño más generoso que Amy Winehouse no llegó a cumplir

La mundialmente conocida cantante de soul, Amy Winehouse, que falleció la semana pasada en Londres a la edad de 27 años, estaba soñando con ser madre y en el momento de su muerte estaba “a medio camino” de convertir su sueño en realidad, según el periódico 'The Sunday Mirror'.

La artista estaba finalizando los procedimientos legales para adoptar a una niña del pequeño estado caribeño de Santa Lucía, donde según la editorial, Winehouse pasaba la mayor parte de su tiempo en los últimos tres años con la esperanza de liberarse de sus problemas y grabar un nuevo disco.

Fue precisamente allí donde Amy conoció a Dannika Agustine, una niña de 10 años, a la que quiso salvar de la pobreza en la que vivía, después de que sus padres divorciados se quedaran sin trabajo.

La cantante llegó a discutir todos los pormenores de la adopción con el padre de la niña que estaba en Alemania, al igual que con la madre que ya tenía decidido dar a su hija en adopción desde que empezaron los malos tiempos para la familia. Amy hasta había reservado los pasajes para ir a ver a Dannika en unas semanas, pero, por caprichos del destino, todo quedó resumido a un gran sueño, para ambas.

“Era prácticamente mi madre. La iba a llamar mamá y ella a mí, hija. Me cuidaba y lo pasábamos muy bien. La amo y ella me amaba a mí también. Era la persona más increíble que he conocido y me hacía mucha ilusión vivir con ella aquí o en Londres. ¡No puedo creer que se haya ido para siempre! Esto es lo peor que me ha pasado en la vida”, dijo Dannika, para quien la muerte de Winehouse ha sido un golpe muy duro.

En la actualidad Dannika vive con su abuela Marjorie Lambert de 57 años que lleva un bar en  la playa cerca de un complejo hotelero donde solía alojarse la cantante por unos 3.000 dólares la noche.

“Amy quería a Dannika con todo su corazón. No sé porque la eligió precisamente a ella entre todos los niños de la isla, pero desde el momento en el que se conocieron, eran inseparables. Pasaban todos los días juntos, jugaban, montaban a caballo o paseaban por la playa de la mano”, comentó la abuela

Abatida por la muerte de Amy con la que eran muy cercanas, Marjorie reveló otros detalles sobre la fallecida “Cuando por primera vez Amy entró en mi bar, hace unos 3 años, estaba extremadamente débil y delgada. Parecía preocupada. Pero hice todo lo posible para ayudarla a recuperarse. Insistía en que comiera y le decía ‘Tienes que amarte a ti misma. Eres guapa, no escuches lo que dice la gente. Eres fuerte’ (…) Amy no se sentía tan feliz en ningún lado como en Santa Lucía. La echamos tanto de menos. Sigo pensando que ahora abrirá la puerta y me abrazará como siempre lo hacía”.