Este miércoles la unidad de Análisis de Nutrición y Seguridad Alimentaria de Somalia (FSNAU) que tiene vínculos con la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente la situación de hambruna en tres nuevas regiones sureñas de Somalia, concretamente en Afgoye, Shabelle Medio, y Mogadiscio. De este modo, se eleva a cinco el número de regiones que sufren este problema.
Según los representantes de la ONU se trata de "la peor crisis humanitaria actual y la crisis alimentaria más grave desde la hambruna de 1991-1992 en Somalia".
Mientras tanto, "se estima que la hambruna avanzará en las próximas cuatro a seis semanas a todas las regiones del sur de Somalia, y al parecer nada lograría variar esta situación hasta al menos diciembre próximo", según advirtieron los especialistas de la ONU.
Anteriormente la ONU ya había declarado la hambruna en las regiones de Bakool y Lower Shabelle, donde la situación era crítica. Así, la tasa de malnutrición en las dos zonas alcanza el 50% de la población. Asimismo, el organismo estimó que el índice de malnutrición aguda entre los niños supera el 30%. Además, más de dos personas por cada 10.000 habitantes mueren al día y la gente carece de acceso a alimentos y otras necesidades básicas.
Los dos años consecutivos de sequía que sufre la gente junto a la situación en que permanece el país con la guerilla islámica han empeorado considerablemente la situación, llevando a una crisis humanitaria extrema.
No obstante, la milicia islamista de Somalia Al Shebab, que controla buena parte del sur y sureste del país, negó la declaración de la ONU de la existencia de hambruna. La milicia mantuvo la prohibición que había impuesto a las organizaciones que reparten ayuda humanitaria en la región, alegando que la situación "no es tan mala como la pintan".