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Un golfista prometedor optó por Rusia para encontrar a su familia

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Un prometedor golfista, Nikolái Kovalevski, ha rechazado la oportunidad de educarse en las mejores universidades de EE. UU. para jugar en la selección rusa. De niño Nikolái fue adoptado por una pareja norteamericana, obligándole a separarse de sus hermanos. Desde entonces no abandona la idea de r
Un golfista prometedor optó por Rusia para encontrar a su familia

Un prometedor golfista, Nikolái Kovalevski, ha rechazado la oportunidad de educarse en las mejores universidades de EE. UU. para jugar en la selección rusa. De niño Nikolái fue adoptado por una pareja norteamericana, obligándole a separarse de sus hermanos. Desde entonces no abandona la idea de reunirse con ellos, y por fin la suerte le sonrió.

“Yo estuve en un orfanato y allí la vida nunca es fácil”, relata el golfista. “Básicamente te hacen sentir que no eres nada. Entonces cuando llegué a Estados Unidos tenía muchos problemas emocionales. Mi papá adoptivo realmente me ayudo con eso”.

Es muy importante para quien es adoptado que la familia receptora tenga la suficiente sensibilidad, como para darse cuenta de las virtudes de su nuevo hijo. De esta manera la nueva vida puede resultar más provechosa.

Chris White, padre adoptivo de Nikolái, dice: “Él es alguien que tuvo muchos retos en su vida y siempre se sobrepuso, siempre estuvo a la altura de las circunstancias. Para alguien que tuvo una vida muy dificultosa las convirtió en algo muy positivo, entonces eso lo hace ser muy especial”.

Más allá de su historia personal y familiar, Nikolái tiene la fortuna de estar dotado con una gran capacidad para aprender y jugar al golf. Lo hace desde los 14 años y en este 2011 participó y ganó el Faldo Series, un torneo internacional para las promesas más jóvenes de este deporte.

“Un día vi a mi papa jugando golf en un jardín”, continúa Kovalevski, “no tenía idea de que era, para mí era un pedazo de metal, le pregunté y me dijo que era golf, me preguntó si quería pegarle. Le golpeé derecho en mi primera bola y me dijo “ah! tu juegas golf! Y ahí empecé a practicar al máximo”.

Pero a pesar de avanzar en el deporte, hay una cosa que Nikolái no podía superar. Cuando se mudó a los Estados Unidos, perdió el rastro de sus hermanos, y desde ese momento, el mayor objetivo de este joven -que actualmente tiene 21 años- fue volver a reencontrarse con ellos. Por eso hasta rechazó varias ofertas de becas deportivas en las mejores universidades norteamericanas, para poder jugar en la selección de golf de Rusia y estar más cerca para buscarlos.

“Toda mi vida estuve buscando a mis hermanos con mi padre”, recuerda Kovalevski. “Él pagó mucho dinero a muchas empresas para tratar de encontrarlos, y después en Rusia apareció de la nada una familia y en las últimas 2 semanas encontré a mi hermana. Pensé que nunca volvería a verla otra vez”.

Anastasía Kovalévskaya está a punto de graduarse en una escuela de un pequeño pueblo en el sur de Rusia. Cuando vio por última vez a su hermano mayor ella era muy chica, por lo tanto las imágenes vagas que tiene de él podrán refrescarse para no borrarse nunca más.

“Cuando escuché que había aparecido mi hermano, pensé que era una broma de un amigo mío”, afirma ella. “Yo no me acuerdo mucho de él, pero vamos a volver a acercarnos otra vez”.

Esta es la continuidad del camino que Nikolai eligió desde que tuvo uso de razón. Ahora el próximo paso será poder encontrar al hermano que falta y teniendo en cuenta, cómo se han ido dando las cosas no hay porqué pensar en un final que no sea el que todos deseamos.

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