"No sabía sobre el holocausto. No me di cuenta del programa de exterminación de los judíos hasta después de la guerra", asegura Brunhilde Pomsel, secretaria de Joseph Goebbels. Pomsel, ahora de 100 años de edad, secretaria principal del jefe de la propaganda de Hitler entre 1942 y mayo de 1945, registraba "cada palabra que salía de él y de sus asesores", fueran órdenes oficiales o correspondencia privada.
"Me uní al partido en 1933", confiesa la mujer. "¿Y por qué no? Todo el mundo lo hizo. Trabajé con otras tres secretarias en una biblioteca maravillosa en el palacio en Wilhelmplatz en Berlín". Pomsel comenta su trabajo para Goebbels, precisando: "Quería corresponder a este ideal de que si mi jefe se fiaba de mí, no podía decepcionarle (…). Fui una joven tontita y simple, no interesada en la política". Y añade: "Mucho de lo que yo hacía era bastante aburrido".
Brunhilde ha roto su silencio por primera vez en 66 años en una entrevista exclusiva al mayor periódico de Alemania, Bild. Se acordó de cómo los niños de los Goebbels —los niños que la pareja mataría en el búnker de Hitler en abril de 1945 rompiendo frascos de cianuro en sus bocas— jugaban los domingos con su máquina de escribir y cómo Magda Goebbels le prestaba vestidos, ya que su casa fue destruida en bombardeos. Pero asegura que con el ministro de la Propaganda no se podía intimar: 'Ni una sola vez me hizo una pregunta personal. No creo que se acordara ni de cómo me llamaba".
Los últimos 10 días del Tercer Reich Pomsel los pasó en los sótanos del Ministerio. "El 1 de mayo supimos que el jefe —Hitler— se había suicidado un día antes. Poco después vinieron los rusos y me sacaron del sótano. Pasé los siguientes cinco años como prisionera de los rusos en campos especiales".
La secretaria de Goebbels confiesa: "Jamás creía que yo tendría una vida feliz después de haber trabajado para él. Pero encontré la posibilidad, no sé cómo". La mujer subraya: "Jamás perdonaré a Goebbels por lo que le hizo al mundo y por matar a sus hijos inocentes".