Pavel Astájov, el representante del presidente ruso para los Derechos del Niño, ha hecho una declaración categórica en contra de las adopciones de niños rusos por parte de familias extranjeras. "Creo que debemos plantearnos reducir drásticamente las adopciones (de nuestros niños) en el extranjero. Nuestros niños deben vivir en nuestro país y ser adoptados por familias rusas", señaló Astájov.
Esta decisión del representante viene determinada por el reciente caso de Vania Skorobogátov, adoptado por una pareja estadounidense que luego fue hallada culpable de homicidio involuntario del niño. Astájov encontró la sentencia del juzgado demasiado leve indicando que los fiscales norteamericanos deben recurrir la sentencia contra Michael y Nanett Craver y solicitar una condena por asesinato premeditado, así como retirar a los familiares de la pareja la custodia de la hermana del niño fallecido, Dasha Skorobogátova. Según él, si tras el juicio la devuelven a la familia de adopción su vida puede correr peligro.
El pequeño Vania falleció en un hospital en agosto de 2009 después de ser ingresado con una lesión cerebral. Según la versión de los padres adoptivos del niño, Michael y Nanette Craver, de 46 y 54 años respectivamente, el pequeño se habría causado a sí mismo los traumatismos que le ocasionaron la muerte por tener una enfermedad psiquiátrica que le llevaba a sufrir ataques y a autolesionarse.