Inmigrantes, la sangre nueva que Alemania necesita
Muchos países europeos como Alemania consideran una amenaza el flujo de extranjeros a su país. Sin embargo, ante los índices de envejecimiento y reducción poblacional, los inmigrantes podrían convertirse en el motor de la economía local, al ser la única mano de obra disponible.
Según Hans Merkens, profesor de la Universidad Libre de Berlín, a medida que la situación económica de la población mejora, las familias deciden no tener tantos hijos.
Las estadísticas muestran que la población joven en Alemania ha disminuído en más de dos millones de personas en la última década. Así, el crecimiento poblacional es un aporte importante de las comunidades inmigrantes, como la islámica, donde el índice de natalidad va en aumento.
Pero esto también ocasiona cambios culturales y de composición étnica, por lo que muchos alemanes se sienten amenazados.
El modelo social islámico es muy distinto al de la democrática Alemania. "Creemos que el Islam impide a las personas integrarse de una manera plena a la sociedad... si vemos que una niña de diez años es enviada a la escuela usando un velo en la cabeza, sabemos cuál va a ser su futuro", comenta el académico Merkens.
Pero sin inmigrantes será imposible solucionar el problema demográfico del país. "Necesitamos de otra gente y la única que hemos podido atraer es a la de cultura islámica", asegura.
A su vez, los extranjeros se sienten mal protegidos en la sociedad alemana. "Somos más pobres que otros. Mi familia también ha sufrido discriminación, ha sido épocas muy difíciles para mí", dice Ruthna Bakotila, una joven inmigrante.
El futuro demográfico de Alemania es casi imposible de predecir, probablemente en el país no habrá un sólo grupo étnico, pero lo principal sería entender que en general asistimos a la formación de nuevas sociedades multiétnicas.