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La muerte, un negocio a prueba de crisis

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“Necropol-2011”, la Feria Funeraria de Moscú atrae anualmente a cientos de empresarios que muestran la últimas novedades de la industria necrófila. A juzgar por su éxito para reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos, este negocio parece a prueba de crisis.
La muerte, un negocio a prueba de crisis

“Necropol-2011”, la Feria Funeraria de Moscú atrae anualmente a cientos de empresarios que muestran la últimas novedades de la industria necrófila. A juzgar por su éxito para reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos, este negocio parece a prueba de crisis.

La cara "bonita" de la muerte

Los griegos le llamaban Tánatos y los romanos Mors, pero para todos es La Muerte. Con uno u otro nombre despierta siempre los temores más grandes en los humanos. Pero hay quien ha sabido ponerle una cara "bonita" y muy lucrativa al Ángel de la muerte.

“La crisis económica no ha afectado a la industria funeraria como ha pasado con el resto de los sectores. La muerte es un negocio continuo, estable y al que no afectan las crisis financieras”, considera Serguéi Kushin, presidente de la feria “Necropol-2011”.

Si alguien pudiera atestiguar esto son los herederos de Michael Jackson, quien con más de 170 millones de dólares recaudados, es por segundo año consecutivo el líder en la lista de famosos que generan más dinero después muertos.

Pero hay quienes prefieren reírse de la muerte hasta en su última morada, así en la Feria se exhiben desde féretros hechos con jeringas hasta sarcófagos confeccionados con cajetillas de cigarros que llevan el mensaje de “Fumar mata”. Incluso se organizó un desfile de moda especialmente para lucir en los funerales.

Ataúdes con alma

Luego de 15 años como restauradora de frescos, la italiana Valentina Renda Puzzuoli decidió abandonar las iglesias y los baños greco-romanos para dedicarse a reproducir las pinturas de grandes maestros del muro en...¡los ataúdes!

“Cuando alguien nos deja, por muy lujoso que sea su último aposento, difícilmente representa su estilo de vida o su alma. Por eso decidí crear ataúdes personalizados que exaltan la belleza terrenal y espiritual”, explicó la artista fúnebre.

Valentina sigue las mismas técnicas que aprendió como restauradora de antigüedades y cada una de sus obras puede requerir hasta diez días de intenso y meticuloso trabajo.

Con precios que comienzan en los 7.000 dólares, esta artista fúnebre tiene claro el tipo de público al que se dirigen sus piezas.

“Mi cliente potencial es una persona culta, elegante, que siente pasión por las cosas bellas y lujosas, como podría ser una casa decorada con frescos. Me gustaría que mis piezas fuesen asequibles para más gente, pero es imposible. El tiempo, los materiales y la ejecución de este arte hacen que mi cliente sea muy exclusivo”, subrayó Valentina, que viajó a Moscú para mostrar la belleza de su arte en la “Necropol-2011.

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