Fábricas recuperadas en Argentina, un salvavidas en tiempos de crisis
En tiempos difíciles el esquema de cooperativas, basado en la solidaridad, se convirtió para miles de familias argentinas en el salvavidas que las sacó de la crisis.
El sistema de cooperativas
En una de las fábricas argentinas, el secreto más codiciado por los empleados de cualquier empresa, no tiene mayores sorpresas.
Las 85 personas que trabajan allí, desde el personal de limpieza hasta el obrero o el presidente del directorio, tienen el mismo salario que ronda unos 1.000 dólares. Todos reciben además un informe semanal sobre los gastos e ingresos de la compañía.
Pero no siempre fue así. En agosto de 2000 esta fábrica metalúrgica era propiedad de una familia que de un día para otro se declaró en quiebra y cerró las instalaciones.
La Justicia decretó finalmente que se trataba de una quiebra fraudulenta y decidió concederles a los empleados la gestión de la fuente de trabajo. En plena crisis económica, los primeros tiempos fueron difíciles, pero poco a poco lograron organizarse y empezaron a llegar los beneficios.
Uno de los frutos inesperados de la crisis argentina del período 2001-2002 fue que ante la alternativa de quedar en la calle por el cierre de miles de empresas, muchos obreros iniciaron acciones legales para que se les traspasara a ellos la administración. Y el resultado fue asombrosamente exitoso.
Actualmente hay unas 240 empresas recuperadas por los trabajadores que dan empleo a unas 30.000 personas. Los rubros son variados, desde alimentación hasta flotas de taxis. Éstas funcionan bajo un original sistema de cooperativas, sin dueños ni patrones y beneficios igualitarios. Cada decisión se toma en asamblea por consenso, hasta los despidos.
Según explica Luis Alberto Caro, presidente del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas, "numerosos jueces argentinos han resuelto en todo el país darle a los obreros la posibilidad de continuar en el establecimiento. Y después, ese conflicto de la propiedad se resuelve porque jurídicamente los trabajadores compran el establecimiento utilizando las deudas por vacaciones y sueldos que la empresa tenía con ellos".
El modelo se debe a la crisis
Algunos especialistas consideran que este modelo se dio gracias a la gravísima situación que vivió la Argentina a comienzos de siglo, por lo que no descartan que se pueda repetir ahora en otros países.
En Buenos Aires, el ex ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo describe cómo era el contexto argentino para explicar el fenómeno de las fábricas recuperadas: "57% de pobres, 28% de desocupados y 60% de informalidad económica. O sea, la persona que se quedaba sin trabajo sabía que no tenía ninguna chance”.
Los expertos creen que Grecia, un país que atraviesa una crisis compleja como la de la Argentina en el año 2001, podría ser uno de los sitios donde resulte factible la aplicación de este método.
Algunos llaman a esta tendencia “comunismo del siglo XXI”, pero los trabajadores no aspiran a extender este sistema puertas afuera de las fábricas y rechazan cualquier vínculo con los partidos políticos.
Y aunque hay quienes dudan que sea posible sostener en el tiempo el esquema de salarios igualitarios, lo cierto es que esta experiencia basada en la solidaridad se ha convertido para miles de familias en el salvavidas que las sacó de la crisis.