Una de cada cuatro mujeres en Estados Unidos ha sido acosada sexualmente en el trabajo, según un reciente sondeo realizado por varios medios de comunicación del país. En cambio, sólo una décima parte de los trabajadores hombres afronta este problema.
Este año, seis de cada nueve víctimas femeninas del acoso confesaron nunca haberlo comunicado a sus jefes por no considerarlo importante o por tener miedo a las consecuencias. No obstante, la cuarta parte de los hombres temen que sus colegas féminas los acusen falsamente por hostigamiento.
Sin embargo, los encuestadores destacan que el número de quejas por este delito ha bajado en comparación con años anteriores, como por ejemplo en 1994, cuando el 32% de las mujeres denunció acoso sexual en el trabajo.
Un 64% de los estadounidenses cree que el acoso sexual es un problema de nivel estatal. En 1992 pensaba así un 85% de la población. El sondeo fue efectuado entre el 9 y el 13 de noviembre del 2011, a través de teléfonos fijos y móviles entre 1018 personas con empleo.
Entre los abundantes casos de abuso sexual en EE. UU. está el recientemente conocido escándalo del candidato presidencial del partido republicano, Herman Cain. Hace poco, cuatro mujeres lo acusaron de acoso, pero solo una de ellas se atrevió a dar su nombre.
En una concurrida rueda de prensa en Nueva York, Sharon Bialek leyó un comunicado en el que detalló que el incidente con Cain ocurrió en Washington a mediados de julio de 1997, después de una cena a solas en la que la mujer pidió ayuda al entonces presidente de la Asociación Nacional de Restauración para encontrar trabajo.