En toda España se reanuda el debate para legalizar la marihuana luego de que las autoridades del País Vasco anunciaron sus intenciones de regular la producción y el consumo de esta droga 'blanda'.
En espera de que se analice una ponencia oficial para reglamentar a los clubes de cannabis existentes, sus representantes aseguran que no hay en ella ninguna aportación novedosa de los legisladores. Incluso, ellos mismos se oponen a implementar el modelo holandés de coffee shops y a que aparezcan circuitos comerciales que lucren con el estupefaciente.
Así, Martín Barriuso, presidente de la Asociación para el Estudio del Cannabis ‘Pannagh’ y de la Federación de Asociaciones Cannábicas, admitió en una entrevista con el periódico La Vanguardia que el problema es que el consumo y cultivo de marihuana en el país aunque no es penalizado, está en un limbo legal. Eso “provoca situaciones bastante absurdas, como que la policía intervenga una y otra vez a una asociación para que luego el juez archive el caso”.
Barriuso considera que la marihuana es un producto digno de tomarse en cuenta por los legisladores para que le proporcionen un modelo de distribución sin fines de lucro y administrado “democráticamente”. La urgencia del País Vasco para discurtir esta iniciativa radica en que la comunidad autónoma es una de las zonas de Europa con mayor uso de la cannabis, esto según el informe ‘Euskadi Drogas 2010’, que revela que cerca de 5.000 jóvenes vascos consumen marihuana diariamente, es decir el 5% de la población de entre 14 y 24 años.
El propio presidente de ‘Pannagh’ ha sido detenido varias veces por la policía municipal de Bilbao acusado de tráfico de drogas. En la última ocasión, en noviembre pasado los agentes lo procesaron tras decomisar en la sede del organismo unos 80 kilos de mariguana. No obstante, al igual que en el 2005, el tribunal absolvió al activista y a quienes fueron detenidos junto con él y ordenó devolverles la droga incautada con el argumento de que los miembros de la asociación, algunos de ellos enfermos de cáncer, realizaban un “consumo compartido”.
Mientras tanto, un pastel de marihuana intoxicó a 9 trabajadores de una empresa de la localidad española de Guareña (en Extremadura) tras la reciente celebración navideña, lo que llevó a los comensales al servicio de emergencia de un hospital local.