Hoy en día los migrantes laborales son una de las categorías sociales más vulnerables de todo el mundo. En su mayoría resultan completamente indefensos en su nuevo país anfitrión: no les corresponden ni beneficios sociales ni protección legal en caso de sufrir abusos.
Millones de ciudadanos de la India, un país enorme pero con un nivel de vida muy bajo para la mayoría de sus residentes, también pertenecen a la liga de los que parten para el extranjero en busca de un trabajo bien pagado y una vida mejor. Pero muy pocos lo encuentran, la mayoría se enfrentan con engaños y desaparecen en pos de sus sueños.
Renjina Ansar no ha visto a su madre desde que se marchó al Golfo Pérsico para obtener un trabajo supuestamente bien pagado: "Ella nos llamó una mañana hace siete años y estaba llorando. Desde entonces no sabemos nada de ella. Desapareció y no tenemos ninguna información".
Es la elevada tasa de desempleo lo que empujó a los 2,3 millones de indios a buscar trabajo en el extranjero. Muhammad Ashraf Haji es uno de los que partieron para el Golfo. Después de 3 años y medio, Muhammad de nuevo está en la India para renovar su visado y volver al extranjero. Afirma que en el Golfo puede ganar el doble de lo que ganaría en casa: "Estamos interesados en ir al extranjero porque no tenemos bastantes oportunidades ni beneficios para trabajar en la India. Cada día nuestros gastos se disparan y no tenemos suficiente dinero, por eso nos vamos al Golfo para vivir mejor".
El sueño de trabajar en el Golfo provocó la aparición de numerosas agencias que ayudan a los migrantes a preparar los documentos necesarios. Los solicitantes hacen una larga cola desde primeras horas de la mañana para tener sus pasaportes y visados. El coste del trámite puede llegar hasta los 5.000 dólares. Es aquí cuando empiezan los verdaderos problemas. Para permitirse los billetes y los altos precios de las agencias, muchos migrantes piden préstamos a sus futuros empleadores. Una vez llegados al punto de destino reciben un salario más bajo de lo prometido y están endeudados.
Mientras algunos tratan de pagar sus deudas y empezar a ganar dinero, otros se esconden porque intentan escapar del abuso de los empleadores y temen ser descubiertos por las autoridades y ser deportados una vez que expiren sus visados. Muy a menudo esto lleva a consecuencias trágicas. Noor Jehan, cuya hermana también desapareció por esta razón, detalla: "Teníamos muchas dificultades y todavía tenemos. Cuando desapareció, tenía hijas. Eso es una gran responsabilidad. Yo también tengo hijos. Todas las niñas eran muy pequeñas cuando ella se escapó y ahora no la recuerdan".
Según la cifra oficial, solo los residentes del estado indio de Kerala que tienen a sus familiares trabajando en el extranjero reciben de ellos unos 7.000 millones de dólares estadounidenses cada año. Pero también está esa otra realidad, la de las miles de personas que desaparecieron tras abandonar sus hogares para ganarse la vida y de las que no se ha vuelto a saber.