Los norcoreanos que no veneraron debidamente la memoria del difunto líder Kim Jong-il, durante los días de luto, corren el riesgo de pasar hasta medio año en trabajos correccionales. Así lo ha revelado un portal que desde la parte sureña de la Península de Corea monitorea la situación en el Estado comunista.
Tras el fallecimiento del mandatario, las imágenes de los ciudadanos llorando en las calles de Pyongyang recorrieron el mundo. Tal fue la tristeza generalizada que algunos medios locales hasta aseguraron que “los pájaros lloraban por esa muerte”. Sin embargo, la presente información del otro lado de la cortina muestra que había unos disidentes escondidos en Corea del Norte.
Entre el 29 de diciembre pasado y el 8 de enero en distintas organizaciones se convocaron unas reuniones que seguían el modelo de los tribunales de honor, sostiene la fuente. Los asistentes sometían a fuertes críticas a los que no habían mostrado suficientemente su congoja.
Ahora las acusaciones se transmiten a los órganos competentes. Allí decidirán si los ‘culpables’ merecen ser castigados con reclusión en los campos de trabajo. Como máximo corresponde a este ‘delito’ una condena correccional de seis meses.
Dos días antes, la agencia estatal norcoreana avisó de una amnistía que debería de aplicarse en febrero próximo, para conmemorar el centenario del nacimiento del fundador del Estado comunista, Kim Il-sung, y el cumpleaños de su hijo recientemente fallecido. Conforme a una nueva disposición del gobernante Partido de los Trabajadores, esta última fecha será venerada a partir de este año como “la jornada de la estrella polar”.