La exportación del whisky escocés podría verse afectada por la emancipación de su lugar de origen del Reino Unido. Las 140 Embajadas británicas cesarían de promover el producto más notable de Escocia en el mundo, lo que hasta ahora ha sido parte de su actividad en el exterior.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, presentó este potente argumento para aplacar las tendencias independentistas de la región. La advertencia siguió a la discusión acerca de los plazos convenientes para llevar a cabo un plebiscito en Escocia acerca de su permanencia en el Reino Unido.
El año pasado las ventas de whisky proporcionaron unos 3000 millones de libras esterlinas (4660 millones de dólares) a Escocia. 194 dólares por segundo. Es decir, para los escoceses el whisky últimamente ha sido la mercancía más eficaz para amasar fortunas millonarias. Además, su promoción por canales diplomáticos se realiza de manera gratuita para los fabricantes.
La declaración de Hague corresponde con los criterios predominantes entre los propios escoceses a la hora de decidir a favor o en contra de la independencia. Según reveló un reciente sondeo, casi dos terceras partes de la población local apoyarían la secesión del Reino Unido si eso incrementase sus ingresos en unas 500 libras (777 dólares) al año.
El gobierno autónomo, con sede en Edimburgo, está dirigido actualmente por el Partido Nacional de Escocia, que aboga por un referendo de independencia, el cual se podría convocar en otoño de 2014.