La Libia 'liberada' a la ONU: "Los gays son una amenaza para la humanidad"
"Esta no es la primavera árabe que esperábamos", ha declarado Hillel Neuer, director ejecutivo de la UN Watch, organización responsable de monitorear la eficacia de las actividades de las Naciones Unidas. El comentario llega después de que el representante de la 'nueva' Libia anunciara ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU que "los gays amenazan la religión y la continuación y reproducción de la raza humana".
La reunión del organismo, dedicada a la lucha contra la violencia y la discriminación por la orientación sexual, ha sido la primera desde el derrocamiento del régimen de Muammar Gaddafi donde participa la delegación libia. El país había sido expulsado del Consejo en marzo de 2011, cuando sus autoridades fueron acusadas de violar los derechos humanos y usar la fuerza contra los manifestantes pacíficos. En noviembre de 2011, poco después de la muerte del coronel Gaddafi, le devolvieron a Libia la militancia en el organismo.
En el encuentro del CDH de este miércoles, el representante libio detalló, además, que si su país hubiera formado parte del organismo a la hora de discutir la resolución sobre los derechos de las minorías sexuales, apoyaría a otros estados islamistas que criticaron el documento.
"El arranque de homofobia del nuevo Gobierno libio, junto con sus abusos permanentes de los presos y la violencia no cesante, ponen de relieve las preguntas muy serias que mucha gente tiene sobre la dedicación del nuevo régimen a mejorar los récords oscuros de su antecesor", dijo Neuer en respuesta a esta declaración.
Subrayó, además, que la militancia de Libia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue restaurada muy rápidamente, sin analizar los datos sobre el cumplimiento de los derechos humanos en el país. Según él, es muy preocupante que, otra vez en el organismo, el estado norteafricano apoye explícitamente las ideas del islam fundamentalista.
"No serán fundamentalistas moderados, como en Túnez y en Egipto. Intentarán imponer una dictadura de un estado islámico y una economía islámica", opina el ex embajador de Rusia en Libia, Alexéi Podtserob. Según el ex embajador, otro peligro es que ahora el país es suficientemente débil para atraer la atención de Al Qaeda e inspirarla a buscar éxito en su territorio. Por su parte, el vice primer ministro ruso, Dmitri Rogozin, también acentúa que los frutos de una primavera árabe no son para las fuerzas democráticas, según lo han demostrado ya las elecciones de Túnez y Egipto. Una vez los islamistas están en el poder, Libia obtendrá campos de entrenamiento para los extremistas fundamentalistas, sostiene el político.
Según Rogozin, la culpa es de los políticos occidentales que "habían decidido meterse en una guerra civil ajena, como un elefante en una tienda de porcelana". Insiste en que en caso de un conflicto armado interno, es inadmisible apoyar desde el extranjero a una de las partes en guerra.