Una Comisión de la ONU ha pedido una "investigación independiente" sobre el incendio del martes pasado que dejó cientos de muertos en la Granja Penal de Comayagua, en la región central de Honduras, y denuncia las malas condiciones y el hacinamiento de las cárceles de la región de Latinoamérica.
Quienes sobrevivieron al incendio, que costó la vida a más de 350 personas en el penal de Comayagua, acusaron a los guardias de dejar a los prisioneros morir dentro de sus celdas y disparar contra los que intentaban escapar de las llamas.
La alta comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH), Navi Pillay, criticó este sábado en un comunicado especial el mal estado de las cárceles en América Latina e hizo un llamamiento para tomar medidas urgentes y evitar que ocurran más tragedias como en Honduras.
Mientras tanto, la oficina de la ACNUDH denunció un "alarmante patrón de violencia en las prisiones de Latinoamérica", debido al "endémico problema" de superpoblación de las cárceles en la región.
"El mayor problema de las prisiones en Latinoamérica es la superpoblación. De media, las prisiones albergan un 30% más de prisioneros de lo que deberían, pero en muchos casos se llega hasta el 100%, lo que facilita las tragedias", puntualizó Rupert Colville, portavoz de la Oficina, en una rueda de prensa este sábado.
La Oficina consideró que el fuego que arrasó la cárcel de Comayagua en Honduras no es más que otro triste ejemplo de otras tragedias que han ocurrido en la región en la última década. "El año pasado cinco jóvenes prisioneros perdieron la vida y muchos otros quedaron heridos durante un incendio en un centro de detención juvenil en Panamá", agrega el comunicado del organismo.
"La Oficina está preocupada porque los problemas que afectan a las prisiones no se limitan a Honduras", señaló el documento, indicando que una ola de violencia asaltó las prisiones de Uruguay, Argentina y Chile, entre otros países de la región.