Arrestado a punta de lápiz: detienen a un hombre porque su hija lo retrató con una pistola

Un padre canadiense se llevó una extraña sorpresa cuando fue a recoger a la guardería a su hija, y él mismo fue 'recogido'... por la policía, que lo detuvo, lo esposó y lo trasladó a una comisaría para tomarle declaración. ¿Su delito? Aparecer retratado en un dibujo de su hija de cuatro años sost

Un padre canadiense se llevó una extraña sorpresa cuando fue a recoger a la guardería a su hija, y él mismo fue 'recogido'... por la policía, que lo detuvo, lo esposó y lo trasladó a una comisaría para tomarle declaración. ¿Su delito? Aparecer retratado en un dibujo de su hija de cuatro años sosteniendo una pistola.

A la maestra de la menor le pareció sospechoso que la niña retratara a su padre de esta guisa, sobre todo tras escuchar la explicación de niña, que dijo que su papá "usa el arma para disparar a los malos y a los monstruos". La docente lo puso en conocimiento de los psicólogos, que decidieron avisar a las autoridades.

"Fui a buscar a mi hija al colegio y unos segundos después estaba esposado", ha explicado Jessie Sansone, considerando su detención como "una locura", ya que la única prueba que presentaron los agentes en su contra fue "un trozo de papel en el que mi hija había dibujado una pistola".

Por su parte, el director del centro asegura haber cumplido con su obligación, ya que en este tipo de casos la legislación canadiense obliga a poner al tanto a las autoridades "para que investiguen si se trata de un arma que está en la casa familiar y a la que el menor podría tener acceso".

Tras permanecer detenido durante horas, Sansone fue liberado, aunque se le pidió autorizar el registro de su casa. Al no encontrar ningún arma de fuego, la Policía determinó que lo que la menor dibujó fue una pistola de plástico y que la intención de la niña, según su padre, no era otra que la de dibujarle "como un héroe que dispara a los monstruos".

Un caso similar se produjo en EE. UU., donde la obsesiva lucha por eliminar los males de la sociedad derivó en la detención de un niño de tan sólo 11 años. Un terapeuta recomendó al chiquillo expresar su furia de manera artística, por lo que se dibujó a sí mismo con una pistola apuntando a tres personas bajo la frase "el profesor debe morir".

Una vez fue liberado, el asustado niño explicó que no quería herir a nadie, y que sólo trataba de "soltar su ira", tal y como le había sugerido su terapeuta.