Con la evidente aspiración de asegurarse el voto musulmán en las próximas elecciones presidenciales, el actual presidente y candidato francés Nicolas Sarkozy realizó este miércoles una visita oficial a la Gran Mezquita de París para "rendir homenaje al sacrificio de todos los musulmanes muertos por Francia". Aprovechando la ocasión, Sarkozy intentó poner fin a la polémica de la carne 'halal', pidiendo a los musulmanes que no se sientan heridos "por controversias que no tienen cabida".
"Me gustaría decir a nuestros compatriotas de confesión musulmana que ellos tienen naturalmente el derecho a vivir su fe como cualquier ciudadano tiene el derecho a vivir su religión", afirmó Sarkozy, que busca la reelección en los comicios de abril y mayo.
Nicolas Sarkozy se encontró en una situación incómoda ante los musulmanes y judíos tras desatarse una polémica en torno a la carne 'halal' en el Gobierno francés.
La primera en plantear dicha cuestión fue la candidata de la extrema derecha Marine Le Pen, que afirmó que casi toda la carne vendida en la región de París era 'halal', es decir, de animales sacrificados en los mataderos según el rito musulmán. Esta tradición, según denunció Le Pen, impide que los animales sean anestesiados antes de la muerte, algo que "contraviene la legislación europea y francesa sobre los mataderos".
El ministro francés del Interior, Claude Guéant echó más leña al fuego afirmando que hay que evitar "que concejales extranjeros hagan obligatoria la presencia de carne halal en los comedores escolares".
Y para rematar, el primer ministro François Fillon declaró el lunes que "las religiones deberían reflexionar sobre el mantenimiento de tradiciones que no tienen mucho que ver con el estado actual de la ciencia, de la tecnología, de los problemas de salud". "Las tradiciones ancestrales estaban justificadas en el pasado por razones higiénicas, pero han quedado desfasadas. Vivimos en una sociedad moderna", dijo.
En la Francia laica, donde la separación entre las instituciones religiosas y el Estado está inscrita en la ley, el islam es la segunda religión después del catolicismo, con unos 4 millones de seguidores, y el judaísmo cuenta con unos 600.000.
Dichas declaraciones fueron calificadas de "escandalizadoras" y "desconcertantes" por el Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia. Por su parte, el mensaje del Consejo Francés del Culto Musulmán protestó recalcando que "no acepta que el islam y los musulmanes sirvan de chivos expiatorios en esta campaña preelectoral".
"Comprendo y debo tranquilizar a los franceses musulmanes que se sienten heridos por polémicas absurdas. Los musulmanes franceses tienen derecho a vivir su fe con la misma libertad que cualquier otro ciudadano. Pueden contar con nuestro apoyo y nuestra confianza en las instituciones comunes", dijo Sarkozy intentando poner fin al escándalo.