Sociedad
Niña del cuello a los pies
Mientras la mayoría de los niños con dos o tres años apenas comienza a hablar y a colorear, una niña estadounidense de esa edad acaba de convertirse en el miembro más joven de la asosiación internacional de superdotados 'Mensa'.
Emmelyn Roettger tiene un cociente intelectual (CI) de 135 puntos, el mismo que el del famoso actor y ex gobernador del estado California (EE. UU.), Arnold Schwarzenegger y está a sólo 2 puntos del CI del ex presidente de EE. UU. Bill Clinton.
A la pequeña Emme, que acaba de cumplir 3 años, le gusta leer, escribir, escuchar historias, y hablar sobre temas muy complicados. Además, está tan fascinada por la ciencia y el espacio que recita con facilidad detalles sobre las nebulosas, los agujeros negros, los anillos de Saturno o el tamaño de Júpiter.
Cuando Emme era un bebé, los médicos le diagnosticaron "retrasos no especificados" y advirtieron a sus padres que su hija podría tener autismo. A los 9 meses de edad, la niña parecía evitar el contacto visual con sus padres y no se sentía muy atraída por los juguetes.
La madre de Emme, Michelle Horn, intuyó que el único problema de Emme era que necesitaba gafas, gracias a los cuales descubrió un nuevo mundo. Comenzó a reconocer las letras a los 15 meses de edad y a escribir antes de cumplir dos años.
A la pequeña Emme, que acaba de cumplir 3 años, le gusta leer, escribir, escuchar historias, y hablar sobre temas muy complicados. Además, está tan fascinada por la ciencia y el espacio que recita con facilidad detalles sobre las nebulosas, los agujeros negros, los anillos de Saturno o el tamaño de Júpiter.
Cuando Emme era un bebé, los médicos le diagnosticaron "retrasos no especificados" y advirtieron a sus padres que su hija podría tener autismo. A los 9 meses de edad, la niña parecía evitar el contacto visual con sus padres y no se sentía muy atraída por los juguetes.
La madre de Emme, Michelle Horn, intuyó que el único problema de Emme era que necesitaba gafas, gracias a los cuales descubrió un nuevo mundo. Comenzó a reconocer las letras a los 15 meses de edad y a escribir antes de cumplir dos años.
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