La policía detuvo a un hombre que tenía en su poder seis embriones quemados y envueltos en láminas de oro. Los fetos fueron encontrados entre el equipaje en el maletero de su coche.
Según los investigadores, el detenido, un ciudadano británicos de origen tailandés, había comprado los fetos hacía unos días por 6.500 dólares. El detenido intentaba venderlos en Taiwán por una suma seis veces mayor.
Según el sospechoso, sus clientes creen que poseer embriones humanos conlleva éxito y riqueza, creencias que permanecen en ciertas comunidades chinas y tailandesas.
Conforme a las leyes locales, el traficante se enfrenta a un año de prisión y una multa insignificante.