Esta iniciativa forma parte de la lucha de China por mejorar las condiciones sanitarias, uno de los puntos débiles del país.
Las nuevas reglas, además de esta cuestión sobre las moscas, también limitan la cantidad de piezas de higiene personal que pueden ser tiradas en los baños públicos, establecen el gráfico de limpieza de baños y basureros, y prevén la educación adicional de los trabajadores de este sector.
Los funcionarios de la ciudad añaden que en un futuro cercano en los servicios de la capital debe aparecer un equipo especial para los inválidos. En lo que toca a las moscas, explicaron que la cantidad máxima ha sido establecida ya que es un índice que ayuda a estimar rápida y efectivamente el estado del baño.
Las condiciones sanitarias en los espacios públicos siguen siendo uno de los serios problemas de China. Incluso en Pekín esta dificultad todavía está lejos de ser solucionada. En el año 2008 las autoridades capitalinas intentaron introducir reglas parecidas en uno de los barrios pero, como indica Beijing News, el experimento no acabó con éxito.
Los reglamentos, pese a establecer las condiciones necesarias, no prevén el mecanismo concreto para mantenerlas y responsabilizar a los que no lo hagan. Así, los expertos locales comentan que hay muchas probabilidades de que esta iniciativa tenga un destino triste.
Lo más importante en el campo de la sanidad y supuestamente la única solución verdadera, señalan, sería educar a los residentes capitalinos, mejorando sus estándares de higiene personal.