Durante el proceso ficticio sobre Sócrates, diez eminentes juristas procedentes de Gran Bretaña, Francia, EE. UU., Suiza y Grecia juzgaron al filósofo. Asimismo, en el evento participaron 866 espectadores. Tras escuchar a los abogados, cinco de los juristas pronunciaron su veredicto: “No es culpable”, mientras otros cinco insistieron en su culpabilidad.
Cuando las opiniones se dividieron por igual, la audiencia que acudió al juicio votó. Resultó que 584 personas se manifestaron a favor de la inocencia de Sócrates, frente a 282 personas que lo hicieron en contra. Finalmente, el antiguo filósofo fue absuelto.
El juicio de Sócrates tuvo lugar en Grecia en el 399 a.C. En aquella época el filósofo se defendió a sí mismo ante jueces, jurado y ciudadanos corrientes. Le acusaron de no honrar a los dioses de la polis, sino al contrario, de introducir a sus propios dioses y corromper de ese modo a los jóvenes. El filósofo fue declarado culpable.
Sócrates podría haber evitado la severa sentencia aceptando pagar una multa, pero se negó. Después de esto los 500 atenienses que se reunieron para discutir el caso le condenaron a muerte. Su ejecución se llevó a cabo en la cárcel, donde el filósofo se tomó un veneno.
El método dialéctico de Sócrates ha tenido una gran influencia en la historia de la filosofía, y su figura ha sido una de las más importantes en el arte mundial. Sócrates no dejó nada escrito, pero su filosofía idealista se dio a conocer gracias a Platón, su gran seguidor.