Según Sandi Mann, profesora de psicología en la Universidad Central de Lancashire, Inglaterra, el aburrimiento es el sentimiento que con más frecuencia acompaña a la ira en el trabajo.
Sus síntomas van vinculados al desarrollo de actividades tales como sumergirse en un actividad inútil en Internet, tomar descansos injustificadamente largos, etc. Mann cree que actualmente los puestos de trabajo son cada vez más aburridos.
Ello se debe a que gran parte trabajo está ahora automatizado, y a que muchas de las tareas son ajenas y no interesan al empleado. La profesora destaca que la cuestión, pese a su importancia, apenas se ha estudiado.
Según un estudio de la Universidad del Sur de Florida, el aburrimiento puede perjudicar al trabajo de las siguientes maneras: abuso de los demás, fallos en el desarrollo de las tareas, sabotaje, retiros (absentismo, retrasos, descansos largos), robo o entorpecimiento del trabajo ajeno.
"Hasta cierto punto estos comportamientos pueden ser causados por alguien que sólo se está vengando del empleador, culpando al empleador por crearle condiciones aburridas, y tratar de devolver el golpe", explica Paul Spector, uno de los autores del estudio.
La solución, según otro investigador del problema, Mark de Rond de la Escuela de Negocios Judge de la Universidad de Cambridge, es bastante simple: los líderes tienen que explicar a la gente "por qué lo que hacen es importante, a quién le importa y por qué". "Es eso lo que mantiene a un equipo concentrado", continúa de Rond. “De otra manera, es solo trabajo".