A todos los voluntarios les mostraron unas fotos de cinco mujeres de 31 años y les dieron a conocer unos eventos de su vida. Una había sido delgada toda su vida, la otra tenía sobrepeso. Otras tres habían sido gordas, pero perdieron mucho peso y tenían una figura normal.
Los voluntarios tuvieron que evaluar y comparar su nivel de atractivo. Resultó que la mayoría de la gente percibe a las mujeres que adelgazaron como mucho menos atractivas que las que siempre tuvieron buena figura.
El investigador Janet Latner, de la Universidad de Hawái en Manoa, comentó respecto a la investigación: "el estigma de la obesidad es tan poderoso y duradero que puede sobrevivir a la propia obesidad." A su turno, Kerry O'Brien de la Universidad de Mánchester destacó la importancia de reconsiderar el punto de vista general sobre peso y la obesidad de una persona. Dado el gran número de personas que padecen estos prejuicios, la discriminación por obesidad debe ser reducida.