Sobre las ocho de la mañana Jorge Cordero se encerró en el apartamento junto con otras 17 personas que decidieron ayudarlo y no dejar que los policías entrasen. Aparte de bloquear la entrada y las escaleras del edificio, arrojaron sobre los uniformados petardos, huevos y líquidos desde los balcones.
La resistencia duró unas cuatro horas. Muchos vecinos del barrio simpatizantes de la familia ecuatoriana organizaron una cacerolada desde sus balcones y ventanas abiertas. Además un centenar de personas se congregaron en el ‘campo de batalla’ entonando cánticos contra los desahucios. Al final varias personas resultaron heridas levemente mientras otras veinte fueron esposadas y llevadas a furgones policiales, pero puestos en libertad al poco tiempo.
De hecho, los Cordero ya habían evitado un desahucio el pasado 13 de abril gracias a los activistas de los movimientos 15-M y Stop Desahucios.
En España crece la apropiación de pisos por parte de los bancos de la mano de los desahucios. Tan solo el año pasado se ejecutaron cerca de 58.000. A esto se le suma el hecho de que en el país existen más de cinco millones de casas vacías. Esto significa que más del 20% de las casas están inutilizadas. Una grave paradoja fruto de la crisis y del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.