Astájov visitó el llamado ‘Ranch for kids’, que se encuentra en el estado de Montana, junto con una delegación rusa para comprobar con sus propios ojos la condiciones de vida de los niños allí. No obstante, todos los pequeños habían sido retirados de la institución justo antes de la llegada del alto funcionario, según informa su servicio de prensa, a pesar de que la visita ya había sido acordada para este día.
Según el sitio web de la institución, es un hogar para niños adoptados donde se les tratan problemas psicológicos y de salud y reciben hábitos útiles para su futura reintegración en la sociedad mediante la realización de tareas domésticas y la convivencia con la naturaleza. Sin embargo, la delegación rusa afirma que allí los niños están completamente aislados del mundo exterior, lo que es una violación de sus derechos.
“La misma forma de estancia de los niños en el rancho causa horror. ¿Qué es? ¿Una cámara de aislamiento? ¿Una colonia? Resulta que los padres envían a sus hijos fuera, a un lugar del que no pueden salir”, cita el servicio de prensa las palabras del representante.
Los funcionarios rusos no pudieron comprobar si los niños mantenidos en el rancho reciben la atención y el tratamiento médico que necesitan, por lo que la situación de los huérfanos causa preocupación. Según las palabras de un fiscal local, una niña de nueve años trató de huir del rancho recientemente. Además reconoce haber recibido varios informes de violencia en la institución.
Los padres adoptivos que no son capaces de criar a sus hijos con sus propios medios los pueden mandar a esta instalación por un cierto tiempo, aunque no se sabe exactamente por cuánto. De acuerdo con el servicio de prensa de Astájov, oficialmente, un menor puede estar en el rancho unas semanas, pero en realidad puede vivir allí durante años. De los documentos obtenidos por el alto funcionario queda claro que los datos sobre la llegada y salida de los niños no son exactos, hay información contradictoria. Además, se ha sabido que varios pequeños fueron enviados al rancho directamente después de la adopción.
Después de la estancia en el rancho, algunos menores fueron enviados a hospitales psiquiátricos o colonias para delincuentes juveniles. Conocer el destino concreto de cada niño resulta complicado ya que la documentación no está archivada de forma sistemática y ordenada. El propietario del establecimiento, Joyce Sterkel, se negó a presentar información concreta sobre sus tutelados.