El pasado 27 de abril el Gaula de la Policía colombiana (unidades de élite dedicadas a evitar y actuar en contra del secuestro y la extorsión) “liberó” al español Juan Carlos Moriche Marín creyendo en un principio que era un verdadero rapto. No obstante, tras tres meses de investigación y al descubrir el engaño, la Policía lo detuvo en Bogotá y lo presentó ante el juez. Por lo pronto está en libertad hasta que se fije la fecha del juicio.
El acusado había planeado todo con dos cómplices que fueron los encargados de llamar a los padres de Moriche, que residen en Córdoba (España). Los coautores del ‘secuestro’ les dijeron que estaban intermediando para conseguir la liberación de su hijo secuestrado en Medellín. Explicaron que la banda 'Los Rastrojos' exigía un monto de 5.000 euros y que si no pagaban le cortarían un brazo y lo enviarían en una bolsa a España.
El general Humberto Guatibonza, director del Gaula y organizador del rescate del ‘cautivo’, detuvo más tarde junto con su equipo de rescate a los cómplices. Debido a que en Colombia el secuestro es un delito muy grave con penas muy altas y ante la perspectiva de que les metieran presos entre 26 y 52 años, confesaron la verdad. Los agentes descubrieron que todo el plan fue organizado por Moriche.
El general Guatibonza explicó que "el autosecuestro no existe en Colombia como delito, pero sí la extorsión agravada" por lo que tanto el español como sus cómplices afrontan penas de hasta 20 años de prisión.
Y es que estas maniobras poco éticas se estaban convirtiendo ya en un hábito. En Bolivia y Perú, donde vivió antes algunas temporadas, la excusa para que sus padres le enviaran dinero era que estaba enfermo en un hospital. En esta ocasión debió parecerle que el truco no le serviría, por lo que optó por algo más cruel.