Los padres del niño se alarmaron cuando se dieron cuenta de que su hijo dormía ya durante 16 horas sin despertarse ni dar señales de vida. En el hospital el niño fue sometido a todo tipo de exámenes y la minuciosa prueba médica confirmo la diagnosis: intoxicación del organismo.
Se descubrió que el niño encontró en la nevera del garaje galletas de su abuela y se las comió todas a la vez. La misma abuela, que padece de cáncer, confesó que preparaba estos dulces con aceite THC que contiene marihuana para tratar el dolor que sufre.
Asimismo, la anciana dijo que se comía solo una galleta porque “era suficiente para dormir bien”. Según la Policía local la abuela, cuyo nombre no fue revelado, tenía receta médica para esta droga.
Con el tiempo y la ayuda de los médicos el niño se recuperó de la intoxicación. Entre tanto, se informa que los padres del menor podrían ser acusados de dejar al niño en peligro, mientras la abuela juró que nunca volverá a preparar galletas con marihuana.