Facebook es una de las muchas compañías que están adoptando una combinación de nuevas tecnologías y supervisión humana para tratar de ‘cazar’ a delincuentes sexuales.
Estos esfuerzos empiezan normalmente con la detección automática de lenguaje inapropiado e intercambio de información personal y se extiende al empleo de registros de chats de pedófilos convictos para que un software especial conozca qué tipo de información debe buscar.
El programa en cuestión valida la edad de los usuarios de acuerdo a la información registrada en Facebook y si detecta una diferencia significativa de edad lo notifica a los administradores.
Así ocurrió el pasado mes de marzo cuando el software de esta conocida red social consideró sospechosa la conducta de un hombre de poco más de 30 años. Éste estaba hablando sobre sexo con una menor de 13 años del sur de Florida y planeaba quedar con ella cuando saliese de la escuela al día siguiente.
La amplia pero poca conocida tecnología de Facebook para rastrear publicaciones y chats sobre actividades delictivas alertó de dicha conversación a los empleados que, tras leerla, llamaron de inmediato a la Policía. Al día siguiente, los agentes arrestaron al supuesto delincuente, que se declaró inocente del delito de acoso a una menor.
Por un lado, los críticos con estas medidas de vigilancia aseguran que suponen una invasión de la privacidad y podrían limitar a parte de los usuarios, especialmente a aquellos adolescentes que buscan más libertad de expresión.
No obstante, el personal de Facebook niega que ese sea el caso, ya que no están leyendo todas las conversaciones, sino que el software se encarga de eso. Los chats se revisan únicamente en caso de que salte la alarma.