Arquitecto cubano y casado con una ciudadana de Rusia, Luis Vega vivía y trabajaba en San Petersburgo. Para evitar los trámites del visado, la ley rusa lo obligaba a cruzar la frontera cada 30 días. Por este motivo Vega salía del puerto ruso, generalmente a Finlandia, y regresaba unos días después sin necesidad de tener visa.
Vega trató de cumplir correctamente con la ley, pero dos veces no logró salir a tiempo de Rusia para volver a entrar, por lo que el servicio migratorio ruso no le permitió entrar en el país. Al mismo tiempo, expiró su visado Shenguen y el viajero tampoco pudo entrar en Finlandia. Como consecuencia, el cubano tuvo que realizar unos 20 recorridos entre ambos territorios antes de que el asunto se solucionara.
Como informó la jefe del Servicio Federal de Migración en San Petersburgo, al cubano se le prohibió la entrada a Rusia por dos infracciones administrativas relacionadas con el régimen de no-cumplimiento de las que Vega estaba informado.
El turista desafortunado agradece la ayuda de la tripulación y en la actualidad se encuentra ya en territorio ruso.
“Lo que siento es una alegría imposible de expresar. Ahora, por supuesto, quisiera quedarme en Rusia de una forma totalmente legal, hacer aquí algo útil para la gente, crear una familia y vivir de forma tranquila, libre, y feliz” confieza Vega.