En otoño de 2010 la joven empleada del banco británico de la ciudad de Liskeard Rachael Claire Martin robó durante ocho semanas con regularidad pequeñas sumas de 1.000-2.000 libras (1.500-3.000 dólares) esterlinas de las cuentas de los clientes.
Rachael gastó una parte del dinero en la perfección de su apariencia: pagó 4.000 libras (6.000 dólares) por una operación de implante de mamas, 1.700 libras (2.500 dólares) para un blanqueamiento dental y no se sabe con exactitud la cantidad para una liposucción.
Pero la mayor parte del dinero se gastó en la ciudad vecina, donde la joven recorrió todas las tiendas comprando obsesivamente ropa y productos de belleza. Tampoco dejo al lado los clubs nocturnos.
En el momento en el que la Policía llegó a su casa con una orden de busca y captura, Rachael había gastado casi todo el dinero robado.
A principios de julio Rachael Claire Martin fue puesta en libertad bajo el compromiso de no salir de la localidad. Está previsto que en septiembre dicten sentencia.