Dietrich fue agredida sexualmente en una fiesta en 2011 por algunos conocidos tras quedarse inconsciente de tanto beber alcohol. Lo que más le preocupaba era que gente conocida viera las fotos y se sentía demasiado avergonzada como para salir de casa. "Durante meses yo lloré hasta quedarme dormida. No podía salir a lugares públicos ", confesó a 'The Courier-Journal', el principal diario de Louisville.
Los adolescentes se declararon culpables a finales de junio pasado por abuso sexual en primer grado y voyeurismo, y la condena será dictada el mes que viene.
El Tribunal de menores en Kentucky protege la confidencialidad de los acusados pero la demandante decidió escribir el nombre de sus agresores en Twitter después de éstos -según ella- recibieran un trato muy ligero en la corte, violando de esa forma el acuerdo.
Debido a esta violación de la confidencialidad ella ahora se enfrenta a un máximo de 180 días de cárcel y a una multa de 500 dólares. La joven asegura que no se arrepiente de lo que hizo, porque no tiene que proteger a nadie que le hizo “la vida un infierno”.
Algunos expertos legales afirman que Dietrich debería tener derecho a hablar de lo que le sucedió, pero otros sostienen que no debería haber violado la orden judicial de mantener los datos de forma confidencial.
Jo Ann Phillips, de la 'Voz para las Víctimas del Crimen' de Kentucky, sugiere que Dietrich "tendría que haber ido a un grupo de víctimas o a su legislador local y luchar por el derecho a expresarse", dijo Phillips.
Sin embargo, Dietrich sigue hablando públicamente sobre su caso con la esperanza de que la publicidad en las medios ayude a su causa.
"Si realmente sientes que es necesario que me metan en la cárcel por hablar de lo que me pasó, en lugar de meter a estos muchachos en la cárcel por lo que me hicieron a mí, entonces yo no entiendo la justicia", reza su último anuncio.