Sociedad
Centros de Internamiento de Extranjeros: Los 'Guantánamos' de España
Los inmigrantes indocumentados en España son remitidos a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) donde sufren peores tratos que en las cárceles, denuncian. A pesar que la ONU y la Comisión Europea los han rechazado por su racismo e intolerancia, estas entidades no cambian de política.
Hay seis centros de Internamiento para Extranjeros en toda España. Son estancias controladas y administradas por la Policía donde se remite a inmigrantes sin permiso de residencia, lo que en el país no es un delito sino una falta administrativa. Muchos de ellos son detenidos en la calle al no poder mostrar sus documentos. En esos centros la gente con antecedentes penales convive con aquellos que no representan ningún peligro para la sociedad, por lo que Amnistía Internacional los ha llamado los 'Guantánamos' de España.
Mohamed, exinterno de uno de los CIE, denuncia que su estancia allí le ha dejado severos traumas emocionales: “Siempre era el martes y el jueves cuando se llevaban a los africanos para ser deportados. A las 6 de la mañana llegaban por nosotros y siempre tenía miedo de me tocara a mí. Pero gracias a Dios me han dado la libertad. Ahora cuando lo cuento, me pongo muy nervioso porque es un sitio muy malo y no deseo a nadie estar ahí”.
Mohamed llegó a España escondido debajo de un camión cuando tenía 17 años. Comenzó aquí otra vida, que en principio iba a ser mejor. Trabajaba, tenía novia y esperaba un hijo. Los 32 días que permaneció en el CIE le parecieron los peores de su vida.
Otra interna de un centro similar cuenta que los baños allí no tienen puertas y se duchan todos los internos a la vez. En la noche no siempre se les permite ir al baño y tienen que usar el lavamanos como excusado. Los internos pierden su nombre y comienzan a ser identificados por un número. El año pasado murieron dos internos en Madrid y Barcelona por falta de atención médica apropiada, según algunas ONG.
Algunos acaban deportados de España y otros como Mohamed finalmente son puestos en libertad sin saber por qué. A pesar de obtener luego un permiso de residencia española, se quedan con un trauma psicológico de por vida.
Mohamed, exinterno de uno de los CIE, denuncia que su estancia allí le ha dejado severos traumas emocionales: “Siempre era el martes y el jueves cuando se llevaban a los africanos para ser deportados. A las 6 de la mañana llegaban por nosotros y siempre tenía miedo de me tocara a mí. Pero gracias a Dios me han dado la libertad. Ahora cuando lo cuento, me pongo muy nervioso porque es un sitio muy malo y no deseo a nadie estar ahí”.
Mohamed llegó a España escondido debajo de un camión cuando tenía 17 años. Comenzó aquí otra vida, que en principio iba a ser mejor. Trabajaba, tenía novia y esperaba un hijo. Los 32 días que permaneció en el CIE le parecieron los peores de su vida.
Otra interna de un centro similar cuenta que los baños allí no tienen puertas y se duchan todos los internos a la vez. En la noche no siempre se les permite ir al baño y tienen que usar el lavamanos como excusado. Los internos pierden su nombre y comienzan a ser identificados por un número. El año pasado murieron dos internos en Madrid y Barcelona por falta de atención médica apropiada, según algunas ONG.
Algunos acaban deportados de España y otros como Mohamed finalmente son puestos en libertad sin saber por qué. A pesar de obtener luego un permiso de residencia española, se quedan con un trauma psicológico de por vida.
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