Matrimonios ‘renovables’ en México, un remedio contra los divorcios

Al llegar al altar, un gran número de personas cree que el matrimonio es para toda la vida. Esa convicción coincide con la doctrina de la Iglesia católica romana, que durante siglos ha institucionalizado ese modelo dentro de sociedad.

Según los partidarios de la citada enmienda al Código Civil, la reforma disminuiría los engorrosos trámites de divorcio. Pero los detractores también se han pronunciado en el año que ha transcurrido desde que la idea fue presentada por primera vez. Y el clero ocupa un lugar destacado entre ellos.

“La postura de la Iglesia siempre ha sido clara porque considera al matrimonio, con esfuerzo evidentemente, una institución para toda la vida, hasta que la muerte los separe”, dice sacerdote capitalino José de Jesús Aguilar. 

La iniciativa asemeja los lazos matrimoniales a un contrato laboral. Además de reducir el número de divorcios, el objetivo es garantizar la manutención de los hijos y facilitar los trámites administrativos en caso de ruptura. Dos años es un tiempo mínimo que permite valorar cómo es la vida en pareja para luego decidir renovarla o separarse, dicen los legistas.
 
El abogado Eduardo González destaca la cantidad de demandas de divorcio existentes en los tribunales locales. En un solo juzgado de familia, "el número de expedientes llegó a 1.164 y si lo multiplicamos por los 60 juzgados familiares que tenemos, ya es un gran numero solo en el distrito federal”, precisa. 

También tienen sus argumentos a favor y en contra de los matrimonios ‘a corto plazo’ los psicólogos, inquietos porque los jóvenes están cada vez menos dispuestos a asumir la responsabilidad ante las nupcias.

“¿Les vamos a dejar que se asusten de responsabilidad y les vamos a dar oportunidades para que no sean responsables para involucrarse con alguien o para no ser responsables en el trabajo?”, se pregunta la psicóloga Marcela Scheffler. “Este es el problema de la juventud ahora, que les estamos quitando responsabilidades, que les estamos quitando el que se involucren, el que se metan en relaciones, el que se comprometan con otras personas. ¿Y se los vamos a facilitar? !No!”.

Queda por ver si la iniciativa realmente ayudará a los jóvenes a renovar sus relaciones y escaparse de los trámites burocráticos. O al revés, si solo pondrá más obstáculos a una alternativa que ya nace con fecha de caducidad.